No recuerda el momento exacto, pero sí intuye que sucedió mientras paseaba por la orilla de la playa. Ensimismado con el rumor de las olas iba acompasando sus ideas mientras, de fondo, rumiaba la mejor manera de encajar aquella historia que le bullía en la cabeza, a golpe de mareas.

De partida descartó el registro de la novela histórica y la obra, originalmente concebida en dos partes -una dedicada a la Guerra Civil española y la otra al tiempo de la postguerra-, quedó finalmente aglutinada en una sola entrega.

José Antonio Acuña Tascón (Oviedo, 1969), que ejerce como profesor de Inglés en un instituto de Secundaria de Tenerife, sacó a la luz la novela titulada "El destino del minotauro", una historia que tiene como fondo la contienda civil española.

"Me llevó tres años escribirla", un tiempo que ocupó en la redacción y una laboriosa tarea de documentación, "y después malgasté otro más presentándola a concursos, para nada", confiesa. Sí es verdad que una editorial le propuso publicarla bajo su sello, pero bajo la condición de que redujera unas doscientas páginas a lo que Antuña se mantuvo fiel al original. No por una cuestión de heroísmo, sino por amor propio. "Soy ajeno a los circuitos comerciales y a las presiones editoriales", dice.

La novela se sumerge en el Madrid del verano de 1936, durante los primeros compases de la Guerra Civil española, "y en ese escenario de lucha, en un sangriento laberinto de dolor y muerte, un asesino en serie de mujeres y niñas parece haber encontrado el mejor de los escondites".

Un lord británico, apasionado por la mitología, contrata los servicios de James Whitehead, acaso una reencarnación de Teseo, "un hombre amargado que luchó en la I Guerra Mundial, mediocre investigador británico dominado por el alcohol, la violencia y el cinismo", que está llamado a desentrañar esa maraña de terror, explica el autor.

Para esta compleja misión contará con la ayuda de un grupo de hombres igualmente desesperados que deberán superar ese odio fratricida que los enfrenta y amenaza con arrastrarlos a la perdición.

De un lado, Arturo Acosta, un policía falangista reclutado por los "rojos" y dispuesto a todo para mantener a su familia a salvo. Junto a él, Enrique Latorre, agente socialista que tiene la firme orden de matarlo si intentase huir y, a la manera de un guiño afectivo al terruño, dos viejos mineros asturianos, de nombres Antón y Felipe, veteranos de la Revolución del 34 y con los que ya nadie parece querer contar.

"Esta nómina de personajes representa, en su conjunto, ese trasfondo de desencanto que cubre la contienda civil", subraya Antuña. "En el caso de los españoles, en los primeros capítulos aparecen teñidos por un idealismo militante que se va desvaneciendo con el paso de la historia".

Y acaba de salir del horno su segunda novela, "una historia diferente", explica, en la que José Antonio Acuña recrea la vida en un municipio ficticio situado entre Guía de Isora y Santiago del Teide en un clima de sectas, prostitución y corrupción.

¡Hay que matar a la bestia! Unidos por el destino, un heterogéneo grupo de personajes se verán inmersos en una desesperada búsqueda por las castigadas calles de la capital y tendrán que dejar a un lado sus irreconciliables diferencias para enfrentarse a todo tipo de obstáculos, peligros y dificultades para conseguir su objetivo. ¡Mucho más que un apasionante thriller policíaco! Una novela negra con trasfondo histórico de trama ágil y de acción trepidante.