Los que determinan la salud de las sociedades son sus ciudadanos, sus empresas y sus autónomos. El éxito de cualquier país reside en su capital humano, en la cualificación y la capacidad de sus profesionales. Desde ese punto de vista, a veces se pone el foco, equivocadamente, en las administraciones, como si el sector público fuese el responsable de los éxitos y los fracasos en el devenir de las cosas.

La responsabilidad que tienen los gestores públicos reside en poner las cosas lo suficientemente fáciles como para que se consiga el objetivo de desarrollar el potencial de una sociedad. Los años de crisis que vivimos hace bien poco -que aún en cierta forma estamos viviendo- arrojó una responsabilidad nueva sobre las instituciones. Nos tuvimos que ocupar de una forma intensiva de todos aquellos que se vieron expulsados del mercado de trabajo, de las familias que perdieron su vivienda y su modo de subsistencia. Durante varios años el esfuerzo de la maquinaria del Cabildo de Tenerife se dirigió básicamente a inyectar fondos a través de numerosas líneas de ayuda para quienes vivían situaciones de extrema necesidad.

Pero el mismo tiempo mantuvimos una apuesta. Siguiendo esa vieja máxima de que es mucho mejor dar una caña y enseñar a pescar que darle a alguien un pescado. Nos ocupamos y preocupamos por fomentar la cualificación profesional, la mejora en el manejo de idiomas, la preparación de profesionales para poder insertarse en los mercados de servicios que funcionan con éxito en nuestra isla.

Las cifras, andado el tiempo, nos han terminado dando la razón. Desde el año 2013 hasta hoy hemos incorporado a 34.000 personas al mercado de trabajo en Tenerife. El paro registrado ha descendido hasta las 89.000 personas. En el mes de julio del año 2013 teníamos 2.263 parados en el sector agrícola. Hoy tenemos 1.795. Teníamos 20.879 en el sector del comercio y hoy tenemos 15.845. Teníamos 21.383 parados en la construcción y hoy tenemos 9.088 parados, 16.619 en hostelería que han pasado a 15.122 personas y 5.662 parados en el sector industrial que se han visto reducidos a 3.527. Una simple mirada al descenso de las personas que buscan trabajo en cada uno de estos sectores demuestra que vamos avanzando en la dirección correcta. Que el esfuerzo que hemos hecho todos, desde las administraciones públicas y desde la propia sociedad, está funcionando.

De igual manera que los peces están en el agua, la capacidad de generar trabajo está en el mercado privado. De nada vale que el sector público disfrute de buena salud si el sustrato en el que se apoya, la generación de riqueza en la sociedad, no funciona. Durante los años de la crisis, en donde España estuvo al borde de la intervención económica por la Unión Europea -aquello que se llamaba "rescate"- la Hacienda pública se recuperó sobre la base de aumentar las cargas fiscales sobre la sociedad y especialmente sobre las clases medias, trabajadores y autónomos. Con la recuperación económica es el momento en que todos debemos recuperar lo que hemos perdido. Algunos llevamos ya bastante tiempo pidiendo al mercado privado que mande señales de que la prosperidad llega a todos. Que es necesario que los salarios vuelvan a subir en términos que permitan la recuperación de la capacidad adquisitiva de los trabajadores. Y que al mismo tiempo debemos seguir redistribuyendo la riqueza, desde las administraciones públicas, para atender a esa gran bolsa de familias que siguen estando al borde de la exclusión social. Todos tenemos que asumir nuestras responsabilidades sociales en la parte que nos toca.

Los acuerdos entre patronal y sindicatos avanzan en la buena dirección. En la de iniciar el camino de unos salarios dignos después de un tiempo de recortes. Estamos saliendo del congelador y debemos hacerlo todos sin excepciones. En la estrategia de crecimiento del Cabildo, en el horizonte de nuestro programa Tenerife 2030, estamos empujando hacia un horizonte de mayor competitividad y cualificación. Estamos apostando por el talento de nuestros trabajadores y profesionales, por situarlos en las condiciones más ventajosas para competir y ganar en el mercado de trabajo. Y porque sus aptitudes y capacidades sirvan para mejorar nuestra productividad en todos los sectores económicos. Desde los más jóvenes a los mayores a los que ofrecemos posibilidades de implementar su formación para adaptarse a las exigencias de un mercado de trabajo cada día más exigente.

Las cifras de nuestra economía nos demuestran que vamos por el buen camino. Por el camino de crear una base sólida de fuerza de trabajo capacitada y eficiente, que hará mejores a las empresas tinerfeñas, que tienen que competir en un mercado global y difícil. Los grandes proyectos no se edifican en un día y los planes ambiciosos requieren de un plazo de tiempo para evaluar sus resultados. Estamos al principio de un camino que nos lleva a la excelencia, al aprovechamiento del talento y a la creación de un verdadero capital humano. Los datos que estamos registrando en la evolución del mercado de trabajo y de la marcha de la economía de Tenerife nos muestran que esta isla lo está haciendo bien. Nos queda todavía un largo camino por delante. Y no olvidamos que todavía hay 89.000 personas que buscan un trabajo y una vida digna. Por ellos, especialmente por ellos, vamos a seguir haciendo los mayores y mejores esfuerzos en la confianza de que dentro de poco tiempo serán muchos menos.

*Presidente del Cabildo de Tenerife