Dice que en sus equipos siempre él es el líder y lo demuestra día a día. Luis Enrique Martínez García (8 mayo 1970, Gijón) será el nuevo seleccionador español, seguramente el carácter que necesita "La Roja" para volver al punto de salida perdido desde la marcha de Luis y Del Bosque.

Está acostumbrado a los grandes retos y no le tiembla el pulso. Llegó al Barcelona en el verano de 2014 con la idea de recuperar las sensaciones perdidas, tras el paso de Martino por el vestuario del Camp Nou y en el primer curso firmó un triplete histórico.

Como técnico barcelonista resistió tres temporadas, en los que su equipo logró ocho de los diez títulos en juego; tres cursos en los que transformó el juego del equipo azulgrana, que dejó de lado el fútbol de toque de la escuela La Masía para buscar un juego más directo.

Pero claro, tenía a Messi, Neymar jr y Luis Suárez, que batieron año tras año récords de anotación.

Tácticamente casi siempre optó por mantener el dibujo histórico del Barça, con cuatro defensas (dos de ellos abriendo los carriles), un mediocentro (Busquets), dos medios de diferente perfil (uno más creativo, otro más de contención) y libertad para los tres delanteros, especialmente a Messi.

Curiosamente cuando en el Barça se atrevió a cambiar el tradicional 4-3-3 por otro dibujo, las victorias se repitieron y por goleada, utilizando el doble pivote (4-2-3-1), una defensa de tres (3-4-3) y un poco habitual 3-4-2-1 en situaciones excepcionales.

En su presentación como entrenador del Barcelona tenía aprendidos dos conceptos: "ilusión y motivación", que repitió durante su discurso y llamó la atención que se refirió a sí mismo como "el líder" del proyecto, pese a que sabía que en el Barça solo hay un líder que es Leo Messi. En su carrera como técnico siempre ha trabajado con un psicólogo, Joaquín Valdés, hasta le acompañaba en las ruedas de prensa.

Como entrenador del filial barcelonista, Roma, Celta de Vigo y en el Barcelona, Luis Enrique contó con Robert Moreno como entrenador ayudante, también con Rafel Pol como preparador físico y su mano derecha, Unzué.

Luis Enrique es un tipo muy exigente, más un "ironman" que un deportista. Cuando se retiró del fútbol (2004), empezó corriendo maratones y se obsesionó con bajar de las tres horas, lo consiguió a la tercera en Florencia, tras no conseguirlo en Nueva York ni en Amsterdam. Pasada esta pantalla se dedicó a los triatlones, después participó en un "ironman", en el ''Marathon des Sables'' (250 kilómetros, 6 días por el desierto del Sahara) y en multitud de carreras ciclistas, la última este mismo año en Sudáfrica (Cape Epic).

Molina quiere mantener el estilo y que continúe Piqué

El nuevo director deportivo hasta 2020, José Francisco Molina, afirmó que "es una gran ilusión para mí poder trabajar en esta casa. Creo que es el mejor sitio donde se puede trabajar en España". Molina dijo que "no hay que variar el estilo, pero sí hacer algunas pequeñas modificaciones. Porque no se haya hecho un buen papel en las últimas fases finales no vale tirar todo por la borda, no es que nada valiese de lo que se estaba haciendo", subrayó. Precisamente, a Luis Enrique le encomienda convencer Piqué, quien anunció que se iba tras el Mundial. "Piqué es un extraordinario jugador. Me gustaría que él siguiese, no me gusta ver nunca a un jugador renunciar y que estuviese ilusionado de venir a la selección", añadió.