Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan una tendencia en apariencia imparable: España ha vuelto a registrar un máximo histórico de envejecimiento, del 120% o, lo que es lo mismo, ya se contabilizan 120 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Esta cifra supone un crecimiento de dos puntos porcentuales con respecto al año pasado, cuando el índice de envejecimiento se situó en un 118%.

En Canarias, el envejecimiento es menor que la media nacional (110%, es decir, 110 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16), pero la cifra se incrementa cada año, a un ritmo de cuatro puntos porcentuales por ejercicio, lo que permite prever un horizonte social y laboral cada vez más envejecido en el Archipiélago.

Las cifras -plasmadas ayer en un comunicado por la Fundación Adecco- contrastan con las que se registraban a finales de siglo XX y principios del siglo XXI, cuando Canarias era aún joven: en 1995 se contabilizaban 48 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, datos que dibujaban una sociedad en plena expansión y con gran potencial para crecer económica y laboralmente

Desde 2016, Canarias empieza presentar una mayor proporción de personas senior que de jóvenes, es decir, un índice de envejecimiento superior al 100%. Por provincias, Santa Cruz de Tenerife presenta un envejecimiento mucho más alto (121%), mientras que Las Palmas tiene prácticamente la misma proporción de jóvenes que de mayores (99%).

Desde el año 2000, España es un país envejecido, lo que significa que cuenta con más personas senior que jóvenes. El aumento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa de natalidad son los principales causantes de esta realidad.

Se calcula que en 2030 los mayores de 65 supondrán el 30% de la población, frente al 18% actual. En este momento, cuando empiecen a jubilarse en masa los nacidos entre 1958 y 1977, advierte la Fundación Adecco, unas cohortes sensiblemente más reducidas deberán soportar el coste de la atención de las pensiones y sus cuidados sociosanitarios.