Acusaciones a diestro y siniestro, números esbozados a modo de contrarreloj y una votación nominativa que tendrá una continuación en el próximo pleno del Ayuntamiento de La Laguna. Ese es el resumen de lo que ocurrió ayer, nada que no se haya visto con anterioridad en un pulso entre gobernantes y oposición.

José Alberto Díaz (CC) fue la diana sobre la que dispararon sus flechas verbales Rubens Ascanio (Unidos se Puede), Javier Abreu, Santiago Pérez (XTF-NC), Teresa Berástegui (Cs) y el portavoz del PP. Los cinco optaron por una lectura apocalíptica sobre un municipio que pintaron de un color gris, casi negro, en base a un pacto alcanzado antes de que el reloj marcara las 18:30 horas, un dato temporal que Ascanio calificó de histórico en sus primeros diez minutos de destrucción total. La presión fiscal, el gasto publicitario y cuestiones vinculadas con el PGO fueron su recetario antes de que Antonio Pérez Godiño (CC) abriera el primer turno de réplica. "Aquí no hacemos nada bien y cuando lo hacemos, es un éxito de la oposición", criticó segundos antes de que el portavoz nacionalista advirtiera la diferencia entre "presión fiscal y rendimiento fiscal".

En medio de este primer rifirrafe, que Ascanio aprovechó para calificar a su rival dialéctico como un plasma, Mónica Martín (PSOE) se dirigió a los presentes -entre los que había más de medio centenar de testigos- para denunciar que "algunos están pensando más en obtener un rédito electoral que en el bien de la ciudad, y para ello están empeñados en destruir cualquier situación de consenso". Ascanio habló por segunda vez para reforzar su discurso en torno a la mala gestión liderada por Díaz. "Yo seré un plasma, pero usted es un plasta", contestó Pérez Godiño sin que algunos asistentes reprimieran unos primeros aplausos. Sí. Ayer en el salón noble del consistorio de Aguere se escucharon tímidas ovaciones para Ascanio, Berástegui, Abreu y Pérez Godiño. Demasiados fuegos artificiales para una cita que nació con un acuerdo a cuatro bandas que fue sometido a votación tras una interminable procesión de conversaciones públicas -mientras se desarrollaban las intervenciones- entre Abreu y Ascanio, o Pérez y Berástegui. El escenario ya no dejaba lugar a dudas. Todos contra el gobierno, un pacto que se hizo público a través de un folio antes de que Santiago Pérez agotara su ataque a CC y PSC-PSOE y promulgara la existencia de una censura informativa.

Un plan contra la pobreza o mejor atención en servicios sociales, algunas demandas

Propaganda y publicidad. Esos fueron los dos términos a los que más recurrió la oposición en su estrategia de acoso y derribo: el círculo lo cerró Abreu añadiendo incumplimientos en Las Chumberas y El Cardonal y Berástegui con un déficit en seguridad y en limpieza.

El cauce que se le iba a dar a la moción que debía ser sometida a votación enmarañó un final que estaba cantado: diez abstenciones y 14 votos a favor abrieron la puerta de un nuevo pleno a un comunicado en el que se suspendía la gestión del Gobierno, un folio en el que se pedía un plan de choque contra la pobreza, mejoras en los servicios sociales, un parque de viviendas en Las Chumberas y en El Cardonal, un PGO que respete la historia de La Laguna y una bajada de los impuestos municipales.

A pesar de los pequeños picos de tensión que crecieron en fases concretas de la sesión -en el instante en el que Abreu llamó machista a un edil socialista o Santiago Pérez "perro de presa" a un integrante de CC- la sangre no llegó al río. La moción de censura, en contra de lo que algunos apuntan, no sobrevoló una sala en la que finalmente se escuchó la voz del alcalde, más allá de dar o quitar un turno de palabra o lanzar alguna que otra reprimenda. "Desde el primer momento mi objetivo estratégico ha sido el bienestar de los vecinos", señaló José Alberto Díaz, que fue señalado durante casi dos horas por sus opositores de no querer dar la cara. "Mi gestión pasa por disponer de un gobierno estable, riguroso, cohesionado, trabajador y entregado a La Laguna, alejando a nuestro municipio de los vaivenes políticos de los cainismos partidistas...", dijo en la primera parte de una intervención en la que dejó claro que no va a dimitir. "No pienso dimitir y agradezco la estabilidad municipal que han propiciado desde la oposición algunos concejales. Tiendo la mano a acuerdos amplios".