Que el Canarias Urban Fest viene para quedarse es una realidad tan cristalina como la retirada de Mariano Rajoy de la primera línea de la política española. ArteValle Producciones hace tiempo que dejó de hacer experimentos con gaseosa y, a pesar de que la fórmula es completamente nueva, el futuro que le aguarda al formato que ayer agotó casi siete horas de ritmos latinos ante más de cinco mil personas -ese fue el pico más elevado que se dio cuando pisaron el escenario Luis Fonsi y Daddy Yankee- ya ha marcado el perfil de su clientela: adolescentes, con ganas de fiesta y atraídos por sonoridades donde el español y lo urbano conforman una coctelera perfecta. Ahí cabe todo. Lo único que se exige es una batería de frases no demasiado complicadas, kilos de movimiento sensuales y, sobre todo, energía para aguantar varias horas en pie. Ayer, por ejemplo, los primeros en llegar al aparcamiento del Parque Marítimo de Santa Cruz de Tenerife lo hicieron en torno a las cuatro de la tarde. Bajo un solajero de justicia y armados con un arsenal de bebidas, no dudaron en hacer cola para coger el mejor sitio e ir agotando las propuestas iniciales -Dj Sammyto, Dj Fabrizo, Thomas the Latin Boy, Kayl, Josh Acosta, P.Dro y GDM-, mientras que los más rezagados apuraron el último chapuzón en las piscinas contiguas o seguían dándole a la tecla en la TLP.

A las seis y media de la tarde los huecos aún eran más que evidentes, pero la velocidad del espectáculo había cambiado: Yufunk Dance School aceleró las pulsaciones de la "chiquillería" antes de que las K-Narias entraran en acción. Gara y Loida no pasaron desapercibidas. Muchos de los asistentes no habían descubierto el reguetón cuando las hermanas Hernández ya eran conocidas, pero la vida les sigue tratando bien cuando de lo que se trata es de generar empatía con un público que continuaba velando armas para escuchar al binomio que fábricó el último gran éxito estival. ¿Qué fue de la canción del verano? Este año parece estar huérfano de un tema como el "Despacito", una matraquilla que recorrió el mundo a partir de una sencilla fórmula que siguen estirando con éxito Daddy Yankee y Luis Fonsi. Cada uno por su lado. Juntos, pero no revueltos. Primero uno y después el otro. Los puertorriqueños se empeñaron en no coincidir e hicieron la "guerra" por su cuenta. Ganó el público, el Canarias Urban Fest y los policías que afilaron sus talonarios multa a multa y nada "despacito".