Tiene miedo a que el techo se le caiga encima. El inmueble, en el barrio de Argual, en Los Llanos de Aridane, es de dos plantas y la vivienda de arriba está abandonada. Huyó durante un tiempo, pero su situación económica cambió, a peor, y tuvo que regresar a lo que antaño fue un hogar y que ahora está oficialmente declarado en ruinas. Vive sufriendo con la llegada de cada invierno. Juana tiene ya 67 años y solo reclama sosiego.

En un escrito presentado en el ayuntamiento a principios de este año, al que ha tenido acceso esta redacción, la afectada relata a la alcaldesa, Noelia García, que está viviendo "en un peligro constante", con humedades al lado de una instalación eléctrica que está en pésimas condiciones. Reconoce que "es infrahumano soportar estas condiciones tanto visualmente como físicamente o psicológicamente". Pide "una solución y una respuesta pronto". La carta sirvió de poco. De nada.

Juana abandonó su casa en junio de 2016, ya no podía más, y buscó una salida, pero salió mal: "Volví en septiembre de 2017" obligada por su situación económica. Aún así se resiste a seguir en aquellas cuatro paredes. Solicitó una ayuda a los Servicios Sociales para completar, junto a la ayuda de discapacidad de que dispone (menos de 370 euros), una renta con la que cambiar su futuro. "Me la denegaron, a pesar de ser para emergencia social, para personas sin recursos", sentencia.

La actuación municipal en este caso no ha sido adecuada. Sí, dejadez. Y es que en realidad no es un caso nuevo. Fue en febrero de 2016 cuando el informe técnico, del propio arquitecto municipal, declaró el edificio "en situación legal de ruina urbanística en planta alta", que posee "un alto grado de posibilidades de colapso". Propuso "establecer medidas provisionales como el apuntalamiento, mallas de protección y otras que garanticen la seguridad".

Es más, el técnico advirtió de que la vivienda de la planta baja "debe desalojarse por no reunir las condiciones mínimas de habitabilidad, así como el cumplimiento de los preceptos del Código Técnico de la Edificación en cuestiones de salubridad y seguridad estructural". Pero no. 2018 y Juana sigue viviendo allí.

Durante este mismo mes de julio, sí, casi dos años y medio después, el ayuntamiento ha retomado el caso, que el portavoz de Izquierda Unida, Felipe Ramos, desveló en sesión plenaria, al preguntar por la situación en la que se encontraba este expediente. La respuesta desde el gobierno municipal fue escasa. Demasiado escueta para lo que está en juego. Desde el ayuntamiento se ha ordenado ahora el desalojo del inmueble. Tampoco tenía más salida. Eso... o esperar otros 30 meses. Juana tendrá que buscar una salida.