La primera ministra británica, Theresa May, buscó hoy en Francia el apoyo de su presidente, Emmanuel Macron, a su plan del "brexit", que aboga por un mercado común de bienes británico-comunitario con cierta armonización regulatoria.

Su ofensiva diplomática tuvo lugar en el Fort de Brégançon, la residencia oficial de verano de los presidentes franceses con vistas al Mediterráneo, y se enmarca en la serie de viajes que la líder conservadora y algunos de sus ministros efectuarán este verano a varios países europeos para impulsar su postura.

Durante cerca de dos horas, Macron y May, que llegó puntual a esa residencia estatal veraniega en el sur del país a las 18.00 (16.00 GMT), celebraron un encuentro de trabajo seguido de una cena privada con sus respectivas parejas, sin que haya transcendido el contenido de las conversaciones.

El diario "Le Figaro" indicó que, justo antes de esa cita, la "premier" británica mantuvo una conversación telefónica con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker.

El Reino Unido y la UE aspiran a pactar el marco de la futura relación bilateral para el Consejo Europeo de octubre, pero no han limado las diferencias en torno al "Libro Blanco" remitido por Londres a Bruselas el 12 de julio.

El bautizado como plan de Chequers contempla la creación de un mercado común de bienes y productos agrícolas, lo que conllevaría que la aduana británica recaudara impuestos en nombre de los Veintisiete, algo que Bruselas ve impracticable.

El ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, advirtió hoy en una entrevista en el citado diario que un "brexit" sin acuerdo sería "un error estratégico" y reclamó una asociación estrecha con Europa tras la salida del bloque, prevista para fines de marzo de 2019, para que su país permanezca "integrado en la economía europea".

"Reconocemos que hay que hacer concesiones, porque pensamos que el futuro de Gran Bretaña será mejor si sigue integrada en la economía europea", indicó su jefe de la diplomacia, que recalcó que para conseguirlo "no puede haber controles aduaneros" entre su país y el resto de Europa.

No llegar a un pacto, a su juicio, sería "una lástima" y tendría consecuencias bilaterales, razón por la que esperó que se comparta su postura: "Es imposible separar lo económico, lo político y lo militar. Todo esto funciona conjuntamente y una fisura económica con el Reino Unido dificultará la cooperación en otros ámbitos", advirtió.

Las autoridades francesas han hecho saber, no obstante, que el encuentro de hoy, de carácter informal, "no es una negociación" ni reemplaza el diálogo que Londres mantiene con Michel Barnier, el negociador jefe de la Comisión Europea.

Este es el motivo de que no se previera ningún anuncio al término de esta reunión, que para el matrimonio May supone un paréntesis en sus vacaciones en Italia.

La cita entre Macron y May estuvo precedida este jueves de otra en París entre la titular francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, y el encargado de negociar con Bruselas la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), Dominic Raab.

El gabinete de Loiseau indicó hoy que esta subrayó la importancia de finalizar cuanto antes el acuerdo de retirada y le expresó su intención de que la futura asociación sea "privilegiada" pero respete "la integridad del mercado único y las condiciones de una competencia leal entre las empresas británicas y las de los 27".

Medios como "Les Échos" han recordado que desde el inicio de la negociación la unidad de los 27 ha sido sólida y califican de "Operación seducción" el actual despliegue de May, quien el 27 de julio se reunió con el canciller federal de Austria, Sebastian Kurz, cuyo país ocupa este semestre la presidencia rotativa de la UE.

May es la primera dirigente extranjera recibida por el presidente francés en Brégançon, donde Macron inicia hoy sus vacaciones y las pocas imágenes filtradas reflejaron un ambiente relajado, que congregó en sus inmediaciones a ciudadanos ávidos de ver a ambos mandatarios.