El pasado miércoles 1 de agosto logramos llevar al consejo rector de la Gerencia de Urbanismo de Santa Cruz de Tenerife la adjudicación de los trabajos del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Se hace necesario empezar a elaborar un nuevo plan que afronte los retos de futuro de nuestra ciudad y que solucione muchos años de pleitos urbanísticos que han provocado que, en ocasiones, Santa Cruz no sea noticia por cosas positivas, sino por mala gestión.

Por eso, el PGOU 2018 tiene varios retos por delante que son apasionantes y en los que se deben sentir identificados todos los barrios de nuestra ciudad. Y para conseguirlos debemos dar solución a varias cuestiones que han escaseado en el pasado.

Lo primero es tener un plan general que cumpla con la legislación vigente. Un plan que contenga toda la documentación ambiental pertinente, así como aquellos informes preceptivos y vinculantes para que nunca más ocurra lo ocurrido en julio del 2017, cuando la justicia anulaba nuestro planeamiento en vigor (sentencia recurrida a la espera de fallo).

Pero además tenemos varios desafíos pendientes en nuestro planeamiento, que vamos a afrontar con el atrevimiento necesario para buscar soluciones que permitan la convivencia de las muchas almas que tiene Santa Cruz: la turística, la industrial, la rústica, la familiar, la de ocio, y muchas otras que se tienen que ver representadas en nuestro plan general.

Debo señalar que el objetivo del nuevo PGO 2018 es tener un planeamiento mucho más práctico y que cautive la inversión en y hacia el municipio.

A día de hoy, el plan general vigente remite a más de 40 instrumentos de desarrollo en forma de planes especiales, parciales, estudios de detalles o unidades de actuación, que evidentemente retrasan y dificultan la economía de la ciudad.

Sinceramente, creo que el planeamiento debe estar al servicio de los ciudadanos y no al revés, como ocurre en muchas zonas de Santa Cruz con el actual plan general.

Por ese motivo, el reto de este nuevo plan es actuar de manera distinta a la empleada con anterioridad en el plan del 2013 y convertir en excepción la remisión, desde el mismo planeamiento, al desarrollo de otros instrumentos de planificación que aburren a los ciudadanos.

Con este nuevo plan general tenemos el reto de planificar los 573.000 metros cuadrados de terrenos que, a día de hoy, ocupan la refinería de Santa Cruz. Un reto mágico y único para convertir a la ciudad, sin ningún género de dudas, en la capital del atlántico.

Un plan general que devuelva el carácter rústico a los pueblos del suroeste como El Tablero. Desde luego sólo hace falta pasear por esa bella zona de nuestra ciudad para que apreciemos la verdadera Santa Cruz que demandan los vecinos para ese rincón único de nuestro municipio.

Un plan que haga tocar con la palma de nuestras manos el agua salada. Un documento que consiga unir a la ciudad con el mar en muchos puntos donde aún damos la espalda a nuestro océano.

Un plan que reubique la zona de actividades logísticas y acabe con los problemas que muchos vecinos de la ciudad sufren ante la, a veces pésima, convivencia que tienen la industria con las zonas residenciales.

Un plan que ponga en valor nuestro patrimonio. Que actualice el actual Catálogo de Protección y acabe con la noticia que algunos quieren convertir en polémica y que no es por otra cosa sino la falta de valentía que tuvo el Cabildo en la aprobación del plan general de Santa Cruz de Tenerife en el año 2013, mezclada con la pésima gestión de quienes gestionaban urbanismo en la ciudad en aquella época, que lo único que hicieron fue quedarse de brazos cruzados.

En definitiva, un documento en el que todos consideremos como nuestro plan general.

Y para este reto, los trabajos que han comenzado el pasado miércoles se dividirán en varias fases con un periodo máximo de 17 meses de realización de los siguientes:

1.- Una primera fase de elaboración de un plan de trabajo con un cronograma de actuación que defina los pasos a dar.

2.- La generación de un borrador del plan con su documento inicial estratégico que contenga la memoria de valoración del documento de alcance emitido por el órgano ambiental junto a la contestación a las sugerencias derivadas de la primera fase del periodo de consultas.

3.- Un avance del plan y estudio ambiental estratégico así como memoria de información al público y propuestas de resolución.

4.- Una versión inicial del nuevo plan con el documento preciso del estudio ambiental estratégico.

5.- Y una última fase donde se llevara a cabo la propuesta final del plan general con el resto de documentación definitiva que es preceptiva.

Estas son las fases de trabajo, en diecisiete meses, que se interrumpirán en ese periodo tantas veces como sea legalmente necesario para sacar, cualquier documento referido al plan, a exposición o consulta pública así como la petición de los distintos informes preceptivos.

Cuando en noviembre del 2017 accedí al cargo de concejal del municipio que me vio nacer, tuve claro que iba a afrontar retos de futuro para cambiar esta ciudad. Desde ese momento se ha sumado, a otras muchas cuestiones, el reto antes comentado, el desarrollo urbanístico de los actuales terrenos de la refinería.

Quiero compartir con ustedes esta noticia porque creo que las ciudades se sueñan, se pintan mucho mejor si participamos todos en los retos que nos depara el futuro. En definitiva, si entre todos sentamos las bases de la ciudad que queremos para nuestros hijos.

Por ese motivo, les animo a participar en este nuevo y maravilloso camino que es construir juntos la ciudad que queremos con el Plan General de Ordenación Urbana 2018. Una ciudad para vivir, para disfrutar y de la que sentirnos más orgullosos si cabe.

*Concejal de Urbanismo de Santa Cruz de Tenerife