A los canarios les suele gustar enormemente ingerir todo tipo de alimentos, los cuales a pesar de ser muy sabrosos no siempre resultan lo saludables que cabría esperar. Afortunadamente cada vez se da más la situación de ver a un consumidor leyendo detenidamente las etiquetas de los productos alimenticios al ir a comprar a un supermercado o cualquier otro tipo de establecimiento.

Sin embargo, no todos los usuarios saben exactamente en qué han de fijarse a la hora de realizar este tipo de consultas. Si tú también desconoces qué datos nutricionales son los más relevantes presta atención a lo que leerás a continuación, puesto que gracias a ello pasarás a gozar de una mejor salud.

Sin gluten

Los alimentos procesados en su gran mayoría llevan gluten, especialmente si contienen trigo o cualquier otro cereal de tipo secano. Su presencia afecta no solo a los celíacos, sino también a muchas personas que lidian con dificultades para digerir dicha proteína. Por suerte a día de hoy existe una gran variedad de productos sin gluten cuyo sabor no tiene nada que envidiarle al de los artículos que sí presentan en su composición el citado elemento.

Este dato nutricional acostumbra a ser resaltado por los fabricantes. De hecho, en muchas ocasiones está representado gráficamente en la parte delantera de la caja o envase. Ante la concienciación de la población sobre lo conveniente que es evitar el gluten en la medida de lo posible algunas marcas han optado por añadir el mensaje de “sin gluten” incluso en productos que por su propia naturaleza no pueden contenerlo.

Grasa/aceite de palma

Es evidente que con la proliferación de Internet los consumidores cada vez están más informados sobre lo que es bueno y malo para la salud, aspecto que es tenido en cuenta por los fabricantes que, a pesar de introducir aceite de palma en sus productos, tratan de camuflarlo sustituyendo el término “aceite” por la palabra “grasa”. Pero lo cierto es que ambos elementos son exactamente lo mismo y pueden llegar a ser muy perjudiciales para la salud de cualquier individuo.

Canelones precocinados, mantequilla y tantos otros artículos vendidos en infinidad de supermercados contienen aceite de palma, siendo fundamental consultar las etiquetas de los alimentos para descartar aquellos que presentan dicha sustancia, la cual se caracteriza por obstruir el sistema arterial del ser humano. Prescinde siempre de la grasa de palma y opta por artículos alimenticios con aceites más saludables, desde el de oliva hasta el de girasol, especialmente el primero de ellos en caso de ser virgen extra.

Potenciadores de sabor

Nuevamente debe ser sacada a colación otra práctica negativa que por desgracia es llevada a cabo con mucha frecuencia por la industria alimentaria. Se trata de añadir a sus productos los conocidos como potenciadores de sabor, encargándose los mismos de lograr que sus artículos deleiten los paladares de los usuarios. Sin embargo, ello es a costa de perjudicarles con elementos que carecen de aportes nutricionales y solamente resultan dañinos.

Conocido también como glutamato monosódico o E-621 puede provocar desde una digestión pesada que acarree dolores de mayor o menor intensidad hasta una migraña de varias horas e incluso días de duración. Así pues, antes de adquirir productos como fideos orientales, tomate frito, embutido y tantos otros artículos consulta su etiqueta para asegurarte de que ningún potenciador de sabor se encuentra en su respectiva composición.

Cantidad de sal

Generalmente las personas de edad avanzada vigilan mucho con la cantidad de sal que consumen a diario, pero ciertamente todo ser humano debería tener cuidado con dicho dato nutricional. Y es que superando una cifra aproximada de 5-6 gramos al día el sistema cardiovascular pasa a estar en riesgo de obstruirse, pudiendo dar pie a problemas de enorme gravedad.

No te dejes engañar por una cantidad “pequeña” por cada 100 gramos o mililitros. Por ejemplo, es habitual que los gazpachos tengan hasta un gramo y medio de sal por cada cien mililitros, proporción que puede no parecer en absoluto excesiva. Pero, ¿qué sucede si tomas una ración individual de 330 ml? Prácticamente habrías alcanzado el límite diario con un solo alimento, quedando todo el día por delante para tratar de no ingerir más sal con el resto de comidas.

Optar por productos reducidos en sal es una alternativa saludable que no conlleva lidiar con artículos de escaso sabor, sino todo lo contrario. De hecho, algunos de ellos como los caldos de pollo en base a las encuestas realizadas son valorados más positivamente en comparación con los que presentan las habituales cifras de sodio en los valores nutricionales.

Fijándote en todos los datos que han sido sacados a colación lograrás alimentarte de la manera más sana posible con la simple acción de leer las etiquetas, aspecto que notarás en tu día a día sintiéndote con una mayor vitalidad y otorgándole al organismo el bienestar que tanto se merece.