La inmigración está centrando el debate político en España, sobre todo después de que el Gobierno de Pedro Sánchez decidiera acoger a los 630 inmigrantes del buque "Aquarius", rechazados por los países europeos del este Mediterráneo.

Diga lo que diga el Gobierno, traer a España al "Aquarius" está teniendo sus consecuencias. Otra cosa distinta es el debate sobre si había que haberlo traído o no, pese al show propagandístico que se montó a su llegada a Valencia de cara a la prensa mundial, para después endosarle estos inmigrantes a Cáritas, es decir, a la Iglesia Católica, cuando ya no había más fotos que hacer. De vergüenza.

La acogida de los 630 inmigrantes en territorio nacional está ocasionando un aluvión de personas procedentes, en su mayoría, de países africanos que acuden a España como consecuencia del llamado "efecto llamada", demostrándose, por tanto, que la acción humanitaria con la que el Ejecutivo sacó pecho internacionalmente fue un error que ahora obliga a pedir el amparo de Bruselas ante lo que se avecina a diario.

Efectivamente. El número de inmigrantes que de forma ilegal ha llegado a España, atendidos a pie de playa o en los puertos mediterráneos, desde primeros de este año hasta el pasado día 26 de julio, asciende a 22.082, según datos procedentes del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Como referencia comparativa sepamos que en todo el año 2017 se atendió a 24.375.

Resulta incomprensible y supone una desfachatez imperdonable, que ante el aluvión de inmigrantes que a diario acude en pateras a nuestras costas andaluzas, sobre todo, el Gobierno lance sus críticas contra el expresidente Rajoy, acusándole de "improvisación", cuando hace ya dos meses que dejó el poder y el efecto llamada se ha iniciado tras la arribada y acogida del "Aquarius", porque si realmente no existiera un efecto llamada, como afirma el Gobierno, ¿para qué acude a la Unión Europea pidiendo ayuda para contener la inmigración desde Marruecos? ¿Por qué activa la declaración de emergencia ante la llegada masiva de inmigrantes?

Como consecuencia de la continuada llegada de inmigrantes y a petición del Gobierno español, Bruselas ya ha asignado 55 millones de euros, de los cuales más de la mitad se destinará a paliar el problema que se está produciendo en Marruecos y Túnez para la asistencia a los miles de inmigrantes que imparablemente están llegado a su territorio para el salto a Europa a través de España.

En este artículo no puedo dejar de comentar el triste espectáculo ocurrido el pasado día 23 de julio, cuando unos 600 inmigrantes invadieron nuestra frontera en Ceuta asaltando por la fuerza la valla fronteriza para acceder a territorio español. Decir que esta invasión responde a una crisis humanitaria no es más que pura demagogia. Estos inmigrantes vinieron armados, con una preparación militar y utilizando técnicas y medios de asalto, tales como garfios, cizallas, espray lanzallamas, cal viva, etc. como si de una guerra se tratase, atacando a los agentes de la Guardia Civil.

El Gobierno está obligado a garantizar la inviolabilidad de nuestras fronteras, así como la integridad física de los agentes de la Guardia Civil que las custodian. Muchos de ellos tuvieron que ser atendidos en centros médicos aquejados de lesiones y quemaduras ocasionadas por efectos de la cal viva que los asaltantes les arrojaron para neutralizarlos.

El Gobierno español tiene que actuar con energía con todos los medios a su alcance para garantizar la inviolabilidad de las fronteras. España no puede proceder a la legalización de cuantos inmigrantes invaden nuestro territorio, ya que no es posible que nuestro país pueda absorber a los millones de africanos que pretenden acceder en busca de un mundo mejor.

Por cierto, ¿por qué a Gibraltar no llega ninguna patera?