La Concejalía de Patrimonio Histórico, que dirige la concejal Yolanda Moliné, ha comenzado las labores de restauración y de restablecimiento con vistas a su conservación de la Cruz de San Agustín, ubicada en la confluencia de las calles La Marina y San Francisco, en el popular barrio santacrucero de El Toscal.

Moliné explicó que "con la restauración en marcha cumplimos con el compromiso que adquirí con los vecinos, que han demandado en diversas ocasiones durante la celebración del paseo romero del Cristo de Paso Alto que un símbolo histórico del barrio luzca como debe, con el mayor esplendor".

"Hoy -por ayer- se ha procedido a quitar las cantoneras (piezas que se ponen en las esquinas como adorno y fijación a una base) para su restauración en el taller del ebanista y el resto del trabajo se completará antes de la celebración de la próxima edición del paseo romero", informó la edil.

La recuperación corre a cargo del ebanista Luis González, técnico superior de artes plásticas y diseño en técnicas de madera, que realizará la restauración "in situ" a lo largo de las próximas semanas, partiendo de un examen de la obra junto a su debida documentación, para aplicar más tarde tratamientos de desinsectación y desinfección y la reintegración volumétrica de la pieza.

Posteriormente, el profesional procederá a la protección preventiva ante insectos y microorganismos, antes de aplicar una protección final mediante barnizado o pintado.

La restauración definitiva de la Cruz, que requiere una inversión global de 850 euros, se completará con la labor de estabilización de la pieza, a través del correcto montaje y ajuste de elementos para su estabilización final.

La historia de la Cruz de San Agustín, que no forma parte del catálogo de patrimonio arquitectónico y urbano municipal ni se encuentra dentro del conjunto histórico de El Toscal, se remonta al menos al siglo XVIII cuando formaba parte de la fachada de un hospicio.

Cuando cerró el hospicio en 1797, la Cruz se conservó en lugar cercano al original y que en algún momento incluso dio nombre al barrio, conocido por aquel entonces como la Cruz de San Agustín".

En 1836 se ensanchó la calle de la Marina desde su inicio, lo que propició un mejor acceso, hasta el punto de que llegó a ser muy concurrida y popular la fiesta que organizaban los vecinos los días 2 y 3 de mayo.

En 1908, Felipe Poggi, en nombre de la comisión de fiestas del barrio, pidió al ayuntamiento la cesión de una parcela para construirle una pequeña capilla a la Cruz, pero el influyente Tomás Clavijo y Castillo, cuya vivienda estaba inmediata, se opuso y todo quedó en nada.

La Cruz desapareció cuando la familia Rodríguez López levantó en 1945 su mansión en la actual calle La Marina, 57, yendo a parar a los depósitos municipales, de donde fue rescatada por la presidenta de la Asociación Luz y Vida, de El Toscal.