Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria se encuentran entre las capitales de provincia españolas en las que más pérdidas registran en sus redes de abastecimiento de agua, lo que pone de manifiesto "la necesidad de realizar importantes inversiones" para evitar este fenómeno y "sus consecuencias".

Las capitales canarias forman parte de un grupo que también integran Badajoz y Toledo y que, en contraposición a Madrid o Barcelona, presentan los índices más elevados de "huella hídrica" respeto a la eficiencia de la red de agua potable, con porcentajes del 54%, en el caso de Santa Cruz, y el 51%, en el de Las Palmas.

Así se recoge en el artículo "Consumo de agua y huella hídrica de las ciudades españolas", elaborado por los investigadores José Antonio Sotelo (Universidad Complutense de Madrid) y María Sotelo (Universidad Rey Juan Carlos) y publicado en el último número de la revista "Estudios geográficos", del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El estudio puntualiza que las pérdidas físicas de la red son la parte más importante de lo que se denomina "agua no registrada", un concepto en el que también se incluyen los consumos no autorizados (fraude), los consumos autorizados pero no medidos, los errores de medida y las fugas de la red. Según los investigadores, la media de este indicador en España ronda el 23%, lo que viene a significar que casi la cuarta parte del agua urbana suministrada se desperdicia.

La huella hídrica es un concepto que agrupa todos los usos -directo e indirecto- del agua, de tal manera que contempla tanto el agua consumida, utilizada para producir bienes y servicios, evaporada o contaminada.

En este aspecto, las capitales canarias figuran entre las que presentan una menor huella hídrica por persona: 2.148 metros cúbicos en Santa Cruz de Tenerife y 2.119 en Las Palmas de Gran Canaria, más de 400 metros cúbicos por debajo de la media.