Al menos treinta personas han muerto tras el derrumbe de un puente en la ciudad italiana de Génova (noroeste), según confirmó el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, que indicó que este el balance provisional.

"Por desgracia hay una treintena de fallecidos y varios heridos en graves condiciones", ha afirmado Salvini, en declaraciones a los medios.

El derrumbe de ese viaducto se produjo en torno a las 12.00 locales (10.00 GMT), cuando un tramo del puente Morandi, de 1.182 metros de longitud y una altura de 90 metros, se vino abajo, sepultando bajo los escombros a varios vehículos.

El viceministro italiano declaró que el Gobierno debe trabajar en los próximos meses para comprobar el estado de las carreteras de la ciudad y si se construyeron cumpliendo la normativa.

Rixi informó en su cuenta de Twitter de que el "escenario es dramático" y agradeció su esfuerzo a los equipos de bomberos, de protección civil, de policía municipal y al resto de miembros que están "prestando ayuda a la ciudad y a las personas" afectadas.

El Gobierno italiano está siguiendo con atención la evolución de la situación y esta tarde está previsto que llegue a la ciudad el primer ministro, Giuseppe Conte, para reunirse con las autoridades locales.

También lo harán previsiblemente en las próximas horas el líder del Movimiento Cinco Estrellas, Luigi Di Maio, y el ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli.

El puente fue construido en la década de 1960 y une la autopista A10, que llega desde la frontera de Francia, con la A7 hacia Milán (norte).

El derrumbe se ha producido por causas que aún se desconocen, aunque la compañía Autostrade per l''Italia, que gestiona varias carreteras del país, dijo en un comunicado que "se estaba trabajando para consolidar el pavimento del viaducto".

"Tal y como estaba previsto, se había instalado un puente grúa para permitir el desarrollo de actividades de mantenimiento. Los trabajos y el estado del puente estaban sujetos a la constante observación" de las autoridades locales.