Operarios de Quimsa ITW, la empresa escogida por la Consejería de Educación, ejecutan desde hace días la esperada mejora de las canchas del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) San Fernando, en el barrio de Duggi.

Tras meses de incertidumbre y con varios plazos incumplidos, los trabajos arrancaron la semana pasada, con la idea de que estén finalizados a comienzos del próximo curso escolar.

Aunque no había querido asegurarlo con rotundidad, la directora general de Centros e Infraestructura Educativa del Gobierno canario, Ana Dorta, ya había indicado el pasado mes de junio que la intención de su departamento era ejecutar los trabajos a lo largo del verano. En ese momento, remarcó que el retraso que había producido tenía que ver, entre otros asuntos, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Contratos.

La actuación que se llevará a cabo en las zonas de juego del centro consistirá en retirar la capa de pintura que existe en la actualidad y, al mismo tiempo, pulir la superficie para, con posterioridad, aplicar una capa uniforme de pintura antideslizante.

Además, se aprovechará para colocar una superficie de goma en las zonas en la que hay árboles.

Cabe recordar que una de las principales reclamaciones que se habían hecho por parte del colegio durante los últimos meses era que se cambiase la superficie de la cancha, pues la actual es muy deslizante, lo que provoca continuas caídas de los alumnos.

De hecho, son varios los pequeños que sufrieron roturas de huesos. Uno de los últimos incidentes se produjo el 27 de mayo, cuando un alumno de infantil se rompió el cúbito y el radio de su brazo izquierdo al resbalar en el suelo mojado del polideportivo.

La dirección y la AMPA habían solicitado también la creación de zonas de sombra para evitar que los niños se expongan demasiado al sol pues, según establece la OMS, las radiaciones solares ejercen un efecto negativo para la salud, vinculado a diversos tipos de cáncer de piel, envejecimiento prematuro de la piel, cataratas y otras enfermedades oculares.

De momento, esa demanda tendrá que esperar, como también la del arreglo de los muros y la fachada de un edificio que, según recuerdan desde la dirección, tiene más de 90 años.