Cuando hay problemas para pagar las deudas, es necesario tomar medidas que ayuden a salir de la situación.

Cuando una empresa o un particular tiene una serie de deudas acumuladas y no las puede atender, se encuentra en una situación muy delicada. La falta de solvencia puede llevar a un negocio a desaparecer, y a sus responsables incluso se les puede llegar a denunciar e ir a la cárcel. Evidentemente nadie quiere llegar a este punto, ni quien debe el dinero ni sus acreedores. Por eso hay una serie de figuras que están pensadas para tratar de solventar la situación. Una de ellas es el preconcurso de acreedores.

Qué es un preconcurso de acreedores

Un preconcurso es un punto intermedio entre la situación de insolvencia en la que se encuentra y el proceso de liquidación o concurso de acreedores, que según la ley es obligatorio a los 2 meses de declararse insolvente. Antes de que llegue esa fecha se puede notificar al juzgado correspondiente que se ha iniciado una negociación con los acreedores. Esta es en esencia la figura que se define como preconcurso.

Una vez notificado esto, comienza un plazo para llegar a un acuerdo de 3 meses. Una vez que este plazo acabe, se debe haber llegado a una resolución.

¿Qué ocurre con la empresa durante el proceso?

Una empresa que ha iniciado el preconcurso y está renegociando su deuda sigue desarrollando su tarea de forma habitual. Es decir, no interviene en la administración nadie que no estuviera ya en el equipo de dirección. Por el momento, se trata de llegar a un acuerdo que permita a las partes un final positivo. Por parte de la empresa, continuar con su actividad habitual, y por la de los acreedores, cobrar las cantidades que se les adeudan aunque sea en un plazo más largo o con algún tipo de quita.

Además de eso, en este plazo no se puede admitir ninguna solicitud por parte de terceros para que la empresa declare concurso de acreedores. También se pueden suspender determinadas ejecuciones sobre bienes necesarios para la actividad que estuvieran en trámite. Por ejemplo, maquinaria o vehículos de reparto.

Además, durante este proceso se puede pedir que las negociaciones tengan un carácter reservado y no se haga pública la resolución si hay acuerdo. De este modo empresas que tienen cierto prestigio puede protegerse en cierta medida, ya que el anuncio de un preconcurso puede afectar negativamente a su actividad.

Si se logra llegar a un acuerdo

Si se llega finalmente a un acuerdo entre las partes en el plazo marcado de 3 meses, se llevará a homologar judicialmente. Para que esto sea posible se debe ajustar a unos determinados requisitos tal y como determina el articulo 5 bis ley concursal. Entre ellos debe haber un plan con el que la empresa pueda continuar realizando su actividad, en el que al menos los acreedores que reúnan el 60% de la deuda estén de acuerdo.

¿Y si no se consigue?

Una vez que el plazo de 3 meses termina, si no se ha logrado un acuerdo entre las partes se tiene que proceder a solicitar un concurso de acreedores. En la práctica supone que la empresa está en quiebra y depende de un juez si se intervienen las actividades y administración de esta.

El juez también puede dictar que se empiecen a requisar determinados bienes que estén a nombre de quienes tienen la deuda, con el fin de liquidar ciertas cantidades a los acreedores.

Esta solicitud de concurso se presentará en el plazo de un mes, con lo que un preconcurso en la práctica tiene un plazo efectivo de 4 meses en total.