El día después del "boom" turístico que ha vivido Canarias no está resultando traumático. El gasto de los visitantes se incrementa, la rentabilidad del negocio hotelero se mantiene -en todo caso, con leves descensos- y las llegadas se reducen de forma muy ligera. Los establecimientos alojativos de las Islas recibieron en los primeros siete meses del año 139.900 clientes menos que en el mismo periodo de 2017, una merma que afecta sobre todo a los apartamentos y que, a estas alturas del ejercicio, hace difícil pensar que la reducción del volumen de turistas alcance el millón de personas cuando termine el año, como preveía la patronal hotelera.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer la encuesta de ocupación en alojamientos turísticos extrahoteleros correspondiente a julio, que cifra en 351.236 los clientes de apartamentos, casi 24.000 menos que en 2017. En el acumulado del año, este tipo de establecimientos recibió algo más de 2.100.000 turistas, 124.000 menos (-5,5%) que en los primeros siete meses del ejercicio precedente.

Entre tanto, los hoteles han aguantado bastante mejor el tipo. Solo han perdido 15.328 en lo que va de año, un periodo en el que han acogido a 5.611.297 visitantes (-0,3%).

Una de las claves que explican que la disminución esté siendo más suave de lo esperado en los establecimientos hoteleros es el despertar del mercado nacional, que tras años de caídas -primero- y de tímidas mejoras -después- ha permitido compensar el descenso experimentado por el turismo extranjero.

En los apartamentos no se ha registrado el mismo comportamiento. Ambos mercados -peninsular y extranjero- han retrocedido en este tipo de alojamientos, aunque de forma mucho más ligera en el caso del primero (2.569 clientes menos, una disminución del 0,7%) que en el del segundo (122.000 menos, una caída del 6,3%).

En el conjunto de España, las pernoctaciones en establecimientos turísticos extrahoteleros -apartamentos, "campings", alojamientos de turismo rural y albergues- bajaron un 4% en julio en comparación con el mismo mes de 2017. En el caso de Canarias, la disminución de las estancias en este tipo de alojamientos fue superior a la media nacional, un 10%, lo que se traduce en 2,7 millones de pernoctaciones menos en el último año.