El Gobierno de Estados Unidos ha comunicado este viernes que ha llamado a consultas a los embajadores de El Salvador, Panamá y República Dominicana a raíz de que los Ejecutivos de dichos países aún no han reconocido la independencia de Taiwán de China.

Washington ha expresado en varias ocasiones su preocupación por el creciente número de países que ha cortado sus lazos con Taiwán en favor de China.

El Salvador estableció vínculos diplomáticos con China el mes pasado, mientras que República Dominicana lo hizo en mayo y Panamá tomó la decisión el año pasado.

El gobierno autónomo de Taiwán ahora tiene relaciones formales con 17 países, casi todas naciones pequeñas y menos desarrolladas en América Central y el Pacífico, incluidos Belice y Nauru.

Al igual que la mayoría de los países, Washington no tiene relaciones diplomáticas con Taipei, pero es el mayor proveedor de armas de la isla y su principal respaldo internacional.

La Casa Blanca advirtió el mes pasado que China estaba atrayendo a los países con incentivos económicos que "facilitan la dependencia económica y la dominación, no la asociación".

En un comunicado emitido este viernes, el Departamento de Estado ha explicado que llamó a la embajadora en República Dominicana, Robin Bernstein; a la embajadora en El Salvador, Jean Manes; y a la encargada de negocios en Panamá, Roxanne Cabral, "para consultas relacionadas a las decisiones recientes de no reconocer a Taiwán".

En la nota han agregado que las diplomáticas se reunirán con autoridades en Washington "para analizar las formas en que Estados Unidos puede apoyar instituciones y economías fuertes, independientes y democráticas en toda Centroamérica y el Caribe".

El miércoles, senadores estadounidenses presentaron un proyecto de ley que autorizaría al Departamento de Estado a modificar las relaciones de Washington con cualquier gobierno que desconozca a Taiwán y a suspender o cambiar la ayuda que entrega Estados Unidos.

China considera que Taiwán es una provincia rebelde y nunca ha renunciado al uso de la fuerza para poner a la isla bajo su control.