Un tribunal británico ha impuesto una condena de veinte años de prisión al vallisoletano Ramón M.B, peluquero del barrio de La Victoria, con motivo de su detención a finales de enero cuando fue interceptado, junto con otras cuatro personas, a su regreso de Bogotá a bordo de un avión privado que transportaba más de 500 kilos de ''coca''.

Ramón M.B. negó en el juicio que fuesen suyos los 500 kilos de cocaína encontrados en un jet privado llegado a Londres desde Bogotá. Un tribunal británico le ha impuesto cuatro años menos que al resto de la banda, al otorgarle un papel secundario, según la información de El Día de Valladolid recogida por Europa Press.

Veinte años de prisión por traficar con media tonelada de cocaína a bordo de un jet privado de lujo, en el que la droga viajó de Colombia al Reino Unido, oculta en maletas. El tribunal de Woolwich, uno de los doce que se encargan de enjuiciar los asuntos graves del Gran Londres, cerró hace un par de semanas el caso del vallisoletano (afincado en Arroyo y con una peluquería en La Victoria) implicado en ese porte de 513 bloques de droga.

Lo ha hecho con una sentencia ejemplar para cuatro de las cinco ''mulas'' que se hicieron pasar por adinerados empresarios, para enmascarar la entrada de un gran alijo de coca en Europa, tasado en 41 millones de libras (unos 46 de euros) por parte de las autoridades inglesas y que se habría adquirido en Bogotá por unos 17 millones de euros.

La condena, recogida en medios ingleses, se eleva a 92 años de cárcel para cuatro de los cinco detenidos, ya que el jurado exoneró a uno de los dos súbditos ingleses arrestados: Stephen N. Su hermano Martin (que es albañil, como él), en cambio, fue uno de los tres condenados a 24 años de prisión, junto al camarero italiano Alessandro L. y al español (también peluquero) Víctor F.L., mientras que el tribunal dejó en 20 los años para el vallisoletano Ramón M.B., al considerar que su papel en el caso ''narcojet'' fue secundario.

NO VIAJÓ EN DICIEMBRE

No viajó en diciembre. Esos cuatro años de ''rebaja'' se sustentan en el hecho de que la investigación no le sitúa en otro viaje similar que los tres condenados efectuaron un mes y medio antes, y del que la NCA (National Crime Agency, la Agencia Nacional del Crimen británica) no ha obtenido pruebas de que fuese para importar otra gran partida de cocaína, pese a las sospechas; en aquella ocasión, no fue un Bogotá-Londres directo, sino que hubo una escala en Azores, según detallaron en el juicio los investigadores.

Ramón M.B. negó conocer el plan de sus supuestos compinches, así como que una parte de la droga encontrada en las quince maletas fuese suya. Fue la misma línea de defensa seguida por los otros tres condenados y que no fue creída por el jurado popular durante las cuatro semanas que duró el juicio, celebrado desde finales de julio y cuya sentencia se ha conocido el pasado 23 de agosto.

La investigación de la NCA ha servido para reconstruir los pasos de este grupo de ''mulas'' -el caso les otorga un papel menor, el de meros transportadores-, radicado en Bournemouth, ciudad en la que vivían el albañil inglés, el camarero italiano y Víctor F.L., y hasta donde llegó, a finales del pasado enero, el peluquero de La Victoria.

Primero se alojó en el Premier Inn, cercano a los domicilios tanto del italiano como del británico, y el 25 de enero, los cuatro viajaron hasta Londres, al Chelsea Harbour Hotel, donde ya aparecieron ''convertidos'' en un grupo de empresarios vinculados al negocio de la criptomoneda y de la industria musical que fingieron acudir a un concierto de Bruno Mars (que actuaba esos días en Bogotá) para alquilar ese jet privado con el que ir y volver en tres días.

Allí, la red colombiana que surtía la coca (desarticulada también hace unos meses) se encargó de hacer llegar toda esa droga, saltándose todos los sistemas de seguridad, incluso con un falso policía y con personal del propio aeropuerto a sueldo.

Su aterrizaje en Farnborough, un pequeño aeropuerto londinense, desembocó en la detención, uno por uno, de los cinco ''empresarios'', tal como quedó registrado en las cámaras de seguridad de la terminal.