El escritor y Premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa ha destacado hoy como las grandes ciudades de la literatura a París y Buenos Aires, aunque se las haya "mitificado", y ha afirmado que, sin literatura, las ciudades son "tristes y pasajeras".

El autor, que ha clausurado esta tarde en Málaga un curso de la universidad malagueña sobre "La ciudad como arquetipo. Literatura, historia y arte. Europa y América", ha destacado la importancia de los escritores para que las urbes "se conviertan en leyendas".

Para Vargas Llosa existen dos ciudades que aparecen por excelencia en la literatura, y son París y Buenos Aires, que -según ha añadido- "se han mitificado" gracias a las historias de poetas y escritores, y ha explicado que las imágenes que proyecta la literatura sobre las ciudades "desafían al tiempo de alguna manera" y "permanecen" en la memoria de las personas.

Vargas Llosa ha subrayado París como uno de los lugares que más ha influido en los escritores de la literatura hispanoamericana, y la ha definido como "prototípica", y ha apelado a obras como "La llave del París", en la que se refleja una ciudad moderna que "inspira a autores como Julio Cortázar a visitarla".

Junto a ello, el literato ha subrayado que la visión de un extranjero "enriquece mucho" la forma de observar una ciudad, y ha apelado al ejemplo de México, ya que "hay muchos libros de escritores que han añadido misterio y violencia a esta ciudad.

Asimismo, Vargas Llosa ha confesado que una de las ciudades sobre las que más le ha resultado difícil escribir es Lima, debido a su relación personal con ella, y ha narrado cómo fue su traslado a ésta, que se produjo tras conocer que su padre estaba vivo, a pesar de que su familia materna se lo ocultó durante años.

Vargas Llosa se fue a vivir con su padre y a partir de ahí, experimentó que era un hombre "muy severo", algo que se reflejó en su obra "La ciudad de los perros", porque identificaba Lima "como un periodo terrible de soledad, en el que mi padre me hizo descubrir el miedo y la soledad", ha expresado el premio Nobel.

Ha confesado que creció "detestando y odiando Lima" y que por ello, ofrece en sus obras una Lima nostálgica "arrastrada por ese sentimiento hostil" que -ha comentado- sintió en su infancia.

A pesar de ello, Vargas Llosa ha explicado que su relación con Lima se ha ido "normalizando" y que "la nostalgia inevitable" suavizó sus relaciones con la ciudad.

A estas declaraciones se ha sumado el crítico literario Juan Manuel Bonet, que también ha estado presente en la clausura del curso de la universidad malagueña, y ha asegurado que en las obras de Vargas Llosa está la sensación "de ser una ciudad que produce nostalgia".

Vargas Llosa también ha destacado la presencia de otras ciudades emblemáticas en la literatura hispanoamericana como Venecia, a la que se refiere como "extraordinariamente literaria, creada por la literatura".

Madrid es otro lugar "muy literario" para el escritor, y ha hecho referencia a las descripciones y narraciones de la obra "Fortunata y Jacinta" de Benito Perez Galdós y a los escritos de Pío Baroja, en los que "se podía seguir la trayectoria de los personajes en las calles de Madrid", ha añadido.

Así, el autor de "Conversación en la Catedral", ha reivindicado el uso de la literatura y la fotografía como ejes para la construcción de las ciudades, con las que se crean imágenes "que prevalecen sobre lo real".