El informe del examen psiquiátrico realizado al acusado de matar a su madre en Arona en septiembre de 2016 ha arrojado dudas en torno a la amnesia psicogénica que padece, ya que esta tan solo aparece tras un episodio traumático y en el caso de este joven en el primer día de juicio declaró no recordar hechos previos al incidente.

Durante el tercer día de juicio oral en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, el forense ha declarado que en el examen que le aplicaron el 3 de septiembre de 2016, Dino M. parecía “controlar muy bien sus impulsos”, pues al narrarle el suceso iniciaba un “llanto limitado” que cortaba “de inmediato”.

Este detalle, según uno de los psiquiatras forenses, además de que ha recordado con exactitud desde entonces lo que desayunó y a qué hora se levantó, les hizo creer que el joven croata “recuerda lo que quiere y olvida lo que no quiere”.

Los forenses han explicado que la amnesia psicogénica aparece tras un episodio traumático o muy estresante, que por su tensión emocional activa los mecanismos defensivos mentales para forzar posteriormente el olvido de ese intervalo concreto de tiempo.

Sin embargo, el acusado Dino M. declaró el pasado lunes, durante la apertura del juicio oral, que no recuerda cómo llegó a su casa desde Hacienda la mañana de los hechos, adonde fue a acompañar a su padre.

Además, el examen también demostró que Dino M. pudo tener “pleno uso de las facultades mentales” en el momento de los hechos que se le imputan, ya que el tratamiento que inició el 28 de junio de aquel año contra el hipotiroidismo no contempla efectos secundarios que alteren las capacidades cognitivas de un individuo.

“No hubo ninguna motivación psicopatológica, como alucinaciones o alteraciones del autocontrol o del comportamiento, en el momento del presunto del delito: conservó su voluntad”, ha apostillado uno de los forenses durante la declaración.

Por otro lado, los informes periciales han confirmado que la madre murió por asfixia cerebral irreversible tras un estrangulamiento manual, que le produjo un edema, coma cerebral y posterior muerte encefálica, pese a que los servicios médicos consiguieron reanimar el resto de funciones orgánicas.

Los médicos forenses también han señalado que los cortes en distintas partes del cuerpo de la víctima, más anchas que profundas, les inducen a creer que ésta estaba en movimiento debido a una lucha entre ella y su agresor para evitar una lesión mayor con el cuchillo presente finalmente en la escena de los hechos.