En un ciclo en el que el conocimiento está bajo sospecha, en el que un grado o un máster se han devaluado y en el que los esfuerzos personales acaban siendo juzgados por la sociedad, bueno es encontrarse de frente con un virtuoso del calado de Jean-Michel Bernard. El compositor y pianista francés dio una lección de virtuosismo en la inauguración del XII Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife. Diego Navarro pidió "larga vida a Fimucité" antes de que el invitado apareciera en el escenario del teatro Leal de La Laguna, pero con jornadas como la de ayer eso está más que asegurado.

"Tócala otra vez, Jean-Michel" fue una cita de altura, un repaso por grandes instantes musicales del séptimo arte desde el piano. Al margen de la producción propia, el galo armó un repertorio lleno de grandes nombres, como John Williams, Ennio Morricone, Henry Mancini y su amigo Lalo Schifrin.

En fases del recital, incluso, se dejó acompañar por la sutil voz de su esposa (Kimiko Ono), pero tampoco pasó desapercibida la visita al agitado universo de Ray Charles, sin duda la fase más racial de la actuación, que rozó la perfección con varias piezas de Chopin.

Armado de un gran sentido del humor, Jean-Michel Bernard acarició el piano durante casi dos horas. El tiempo se pasó volando mientras él entraba y salía de los créditos de producciones como "La ciencia del sueño", "Parque Jurásico", "Forrest Gump", "Desayuno con diamantes" o "E.T.". Inolvidable. El recorrido por esos y otros títulos dejó admirado a un público que no tuvo más remedio que rendirse a la sabiduría artística de un pianista que en Aguere volvió a ser coronado por la tropa de Fimucité. ¡Larga vida para Jean-Michel!