Montserrat Caballé, una de las mejores cantantes líricas de la historia, considerada por muchos como la última diva, ha fallecido hoy en Barcelona a los 85 años, dejando un legado de más de cinco décadas de carrera artística que perdurará en la memoria del universo operístico y musical.

Tras conocerse la muerte de la soprano la pasada madrugada en el hospital Sant Pau de Barcelona, donde ingresó a mediados del pasado mes de septiembre, las muestras de pésame y los mensajes ensalzando su figura se han sucedido desde todos los ámbitos e instituciones, y desde todas partes del mundo.

Desde el Liceu, el teatro lírico al que estuvo especialmente vinculada, el presidente de su Fundación, Salvador Alemany, ha admitido que esta institución "no sería lo que ha llegado a ser sin la figura de la Caballé", y el director de su Orquesta, Josep Pons, ha asegurado que la soprano ha estado "en la cima del canto" y que "saldría en cualquier quiniela de las 10 mejores cantantes de la historia".

El tenor Plácido Domingo, en un mensaje en las redes sociales, le ha dado las gracias "por tu increíble voz y tu talento", y ha destacado "el privilegio de compartir escenario contigo", mientras Josep Carreras ha aseverado que "nunca he oído cantar a nadie en un teatro como Montserrat Caballé", y ha resaltado su lado más humano, como persona "vital, sensible y entrañable".

La Casa Real la ha definido como "la gran señora de la ópera, leyenda de la cultura universal", el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado: "Fue una gran embajadora de nuestro país" y que "su voz y su dulzura permanecerán siempre con nosotros", y el presidente catalán, Quim Torra, la ha calificado de "artista universal" que "ha exportado catalanidad al mundo".

Desde el exterior, el reconocido director artístico del teatro Mariinski de San Petersburgo, Valeri Guérguiev, ha dicho que las actuaciones de Caballé fueron "una página de oro en la historia de las interpretaciones" de ópera, y teatros como La Scala de Milán, La Fenice de Venecia, la Opera de Roma y la Royal Opera House de Londres han mostrado su pésame y su tristeza por su deceso.

Montserrat Caballé ha sido una de las grandes voces líricas del siglo XX, la más universal de las cantantes de ópera españolas, una diva a la altura de mitos como Maria Callas, Joan Sutherland, Elisabeth Schwarzkopf o Renata Tebaldi, tanto por su calidad vocal como por su dominio de la técnica.

A lo largo de sus más de 50 años de carrera, Caballé interpretó cientos de óperas y conciertos en los principales teatros de todo el mundo junto a las mejores orquestas y repartos, gracias a un repertorio que abarca cerca de 90 papeles correspondientes a más de 40 óperas.

En su prolífica trayectoria, nada se le resistió y tanto interpretó "Così fan tutte", de Mozart, como "Norma" o "I puritani", de Bellini, el repertorio verdiano, o las protagonistas de "Isolda" y "Sieglinde", de Wagner. "Tosca", "La Bohème", "Madame Butterfly" y "Turandot", el cuarteto de Puccini, también formaron parte de su amplio repertorio.

Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Josep Carreras, Jaume Aragall, Joan Pons o su propio marido, el tenor aragonés Bernabé Martí, cantaron a su lado en numerosas ocasiones.

Nacida el 12 de abril de 1933 en el barrio de Gracia de Barcelona, en el seno de una familia modesta, su madre le dio su primera formación musical, que le sirvió para ingresar a los 11 años en el Conservatorio Superior de Música del Liceo con una beca.

Caballé se graduó en 1954 y tras titularse hizo su primer debut operístico con el papel de Serpina de "La serva padrona" en el Teatro Principal de Valencia el 27 de junio de 1955 con la Compañía de Ópera de Cámara de Barcelona, dirigida por Napoleone Annovazzi.

Tras unos años fuera de España, en los que cantó para las óperas de Basilea, Viena y Bremen, consolidando su carrera y su cada vez mayor prestigio, finalmente debutó en el Liceu de Barcelona el 7 de enero de 1962 en el papel de Arabella, de Richard Strauss, una interpretación recibida con entusiasmo por crítica y público.

Mujer cercana, de gran humanidad y que siempre demostró un particular sentido del humor, la soprano empezó a forjar su mito cuando el 20 de abril de 1965 tuvo que sustituir en el Carnegie Hall de Nueva York a una indispuesta Marilyn Horne, recordándose desde entonces su interpretación de Lucrecia Borgia.

El prestigioso The New York Times llegó a resaltar que Montserrat Caballé era poseedora de una voz combinación entre las legendarias Maria Callas y Renata Tebaldi. De su voz se ha destacado que era plena, potente y bella, que estaba dotada de tersura, nitidez, pureza o suavidad, y que su timbre era iridiscente y tornasolado.

Además del Liceu, la Caballé fue habitual en los más importantes cosos operísticos, ya fuera La Scala de Milán, el Covent Garden de Londres, las óperas de París y Viena o la Metropolitan Ópera de Nueva York.

Sin embargo, siempre se sintió especialmente unida al Liceu, donde cantó por primera vez el 13 de abril de 1953, un año antes de finalizar sus estudios de canto en el conservatorio de la institución musical.

Cuando, en 1994, un incendio devastó el teatro, actuó emocionada entre las ruinas, destinó 36.000 euros para la reconstrucción y nunca tuvo un "no" para una función en el coliseo de la Rambla.

Tampoco dejó pasar el 50 aniversario de su debut en ese escenario y el 3 de enero de 2012 vio como el teatro de las grandes ocasiones se rendía a ella, arropada por amigos como Josep Carreras, Joan Pons o Juan Diego Flórez, y su hija, la también soprano Montserrat Martí.

"Me siento ufana de llevar el nombre del Liceu por todo el mundo", había proclamado en más de una ocasión.

Montserrat Caballé hizo además incursiones en la música popular e incluso en la música pop, y siempre quedará en el recuerdo la interpretación que hizo en 1988 junto al cantante Freddie Mercury del tema "Barcelona", que abanderó los JJOO de Barcelona''92

Caballé recogió durante su carrera innumerables premios, entre ellos el Príncipe de Asturias de las Artes, recibido en 1991 "ex aequo" con otros grandes de la lírica española.

La capilla ardiente de Montserrat Caballé no estará finalmente en el Liceu por expreso deseo de la soprano, que trasladó a sus familiares que no quería ser exhibida tras su muerte, aunque el teatro le dedicará todas las funciones de "I puritani".

De este modo, el velatorio de la artista se abrirá mañana domingo a las 14.00 horas en el tanatorio barcelonés de Les Corts, donde también tendrá lugar el funeral el próximo lunes día 8 al mediodía.