La ONG Amnistía Internacional ha instado a la comunidad internacional a poner fin a la crueldad que supone la pena de muerte y tomar medidas hacia la abolición de esta práctica, al tiempo que ha subrayado que "nadie debe ser obligado a soportar condiciones inhumanas".

Con motivo del Día Mundial contra la Pena de Muerte, el pasado miércoles, la organización ha indicado en un comunicado que las personas condenadas a muerte deben ser tratadas con humanidad y dignidad, por lo que deben ser recluidas en condiciones que cumplan con el Derecho Internacional.

"No importa el delito que hayan cometido: nadie debe ser obligado a soportar condiciones inhumanas de reclusión. Sin embargo, en muchos casos, los presos y presas condenados a muerte permanecen en aislamiento estricto, sin acceso a medicación que necesitan y viviendo en un estado de constante ansiedad por la amenaza de la ejecución", manifestó Stephen Cockburn, director adjunto del Programa de Asuntos Globales de Amnistía Internacional.

"El hecho de que algunos gobiernos notifiquen a los presos y sus familiares la ejecución con tan solo unos días o, en algunos casos, horas, es una práctica cruel", añadió.

La organización ha lanzado una nueva campaña para presionar a cinco países: Bielorrusia, Ghana, Irán, Japón y Malasia. El objetivo es que pongan fin a las condiciones inhumanas de detención a las que son sometidas las personas condenadas a muerte y avancen así hacia la abolición total de la pena capital.

"Todos los gobiernos que mantienen la pena de muerte deben abolirla de inmediato", recoge el texto.