Harvey Weinstein consiguió ayer librarse de uno de los seis cargos por delitos sexuales que pesan en su contra, después de que los fiscales decidiesen dejar de lado las acusaciones de una mujer por inconsistencias en sus testimonios.

Se trata de la primera victoria judicial de Weinstein desde que este año quedara en libertad bajo fianza tras ser acusado de violación y abusos sexuales por las autoridades de Nueva York.

Lucia Evans era una de las tres mujeres cuyas alegaciones fueron utilizadas por las autoridades neoyorquinas para proceder a la detención del productor cinematográfico, cuyo supuesto historial de abusos estuvo en el centro del nacimiento del movimiento #MeToo (Yo también).

Según su testimonio, Weinstein la forzó en 2004 a practicarle sexo oral durante una reunión para discutir un posible trabajo como actriz.

El cargo vinculado a su acusación, sin embargo, queda ahora fuera del caso, después de que la Fiscalía y el juez aceptasen retirarlo a solicitud de la defensa.

Los abogados de Weinstein alegaron con éxito que durante el proceso se habían ignorado posibles pruebas exculpatorias, incluidos correos electrónicos de Evans que supuestamente demostrarían que la relación había sido consentida.

Según la defensa, esos documentos nunca se mostraron al gran jurado que decidió imputar a Weinstein.

En declaraciones a los periodistas, el abogado del productor insistió en que Evans mintió.