El 26,4 % de los menores en la Unión Europea (UE), casi 25 millones, están en riesgo de sufrir pobreza o exclusión social, una cifra que apenas ha variado desde antes de la crisis económica y que revela la magnitud de un problema que afecta más a inmigrantes y minorías.

"La pobreza en la infancia conduce a estresantes condiciones diarias de vida, y puede tener efectos devastadores, afectando a menudo al desarrollo físico, intelectual y social", advierte la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la UE en un informe sobre pobreza infantil publicado hoy.

"¿Podemos de verdad hablar de una Europa social cuando, en toda la Unión, estamos dejando atrás a inaceptables cantidades de niños?", plantea en el texto Michael O''Flaherty, director de esta agencia.

La FRA alerta del círculo vicioso de la pobreza: los niños que la sufren tienen más posibilidades de ser pobres de mayores y de que sus hijos la sigan sufriendo.

El texto destaca el leve descenso del riesgo de pobreza infantil desde el 26,5 % de 2008, cuando arrancó la crisis, hasta el 26,4 % de 2016, último año del que se dispone de estadísticas.

En 2012 el porcentaje de menores de 18 años en riesgo de pobreza llegó a su máximo: un 28,1 % de media en la UE.

Con todo, el informe señala que hay enormes diferencias entre países, desde el 49,2 % de Rumanía al 13,8 % de Dinamarca, pasando por el 32,9 % de España.

"Hay países donde el impacto de la crisis se absorbió mejor, porque el colchón de los servicios sociales estaba mejor establecido. Ahí se ve que el porcentaje del PIB (producto interior bruto) que se invierte en infancia luego sale a cuenta a nivel de reaccionar ante una crisis", explica Mónica Gutiérrez, una de las autoras del informe.

De hecho, la FRA asegura que este documento quiere contribuir a los "esfuerzos de crear una Europa más social", en respuesta al "impacto social de la reciente crisis económica y las políticas de austeridad adoptadas".

Políticas que, denuncia la FRA, "han contribuido al aumento del populismo y del escepticismo" hacia el proyecto europeo.

Dentro de los 25 millones de niños en riesgo de pobreza o con carencias materiales, 2,6 viven en condiciones de pobreza extrema.

El informe destaca que el problema afecta a los inmigrantes y a minorías étnicas, como los gitanos, en mucha mayor medida.

Así, en 2014 el 98 % de los menores gitanos estaba en riesgo de sufrir pobreza en España, frente al 31 % en la población general.

Ese desequilibrio se observa también en la población inmigrante, incluso en los países más ricos.

Si en Austria el 23,3 % estaba amenazado ese año, ese porcentaje subía al 86 % en los menores de origen turco.

Aunque Gutiérrez afirma que la desigualdad y la discriminación son factores esenciales, señala también que la pobreza "es un problema que afecta a toda la población infantil".

El nivel educativo de los padres, que en el hogar sólo haya un progenitor, el no acceso a la educación a una edad temprana o las condiciones laborales en la familia son elementos que se suman también en esa ecuación.

Con todos esos datos, la FRA sentencia que "la pobreza infantil en la UE sigue siendo una dura realidad" que requiere ser combatida con políticas adecuadas, tanto por las autoridades comunitarias como por los países miembros.

De hecho, el informe quiere servir para presionar para que se dediquen más fondos y mejor orientados a combatir el problema.

Gutierréz destaca, por ejemplo la necesidad de aplicar la llamada Garantía Infantil europea, propuesta por el Parlamento Europeo en 2015 con el objetivo de asegurar que los niños pobres tengan acceso a sanidad, alimentación, educación y vivienda adecuados.

La Comisión Europea (CE) acaba de encargar un estudio sobre este asunto, que se espera sea publicado a finales de 2019.

Según Gutiérrez, tanto en la UE como en algunos países miembros ha aumentado la conciencia y la preocupación sobre la cuestión.

Para esta experta, la aprobación a finales de 2017 del Pilar Europeo de Derechos Sociales, una compilación de principios laborales y de igualdad, contribuyó a cambiar la perspectiva.

Gutiérrez ejemplifica ese cambio de actitud en la propuesta de la CE de los fondos estructurales para el periodo 2021-2017, donde el asunto parece en varios capítulos.

"Ahí ha habido una mejora, porque en los anteriores fondos estructurales el tema de pobreza infantil no se mencionaba de forma muy expresa entre los objetivos", recuerda Gutiérrez.