Bárbara López (Santa Cruz de Tenerife, 1997) cursa el Ciclo Superior de Mediación Comunicativa en el IES La Laboral de La Laguna. Repite este año curso y, como cualquier otro estudiante, se esfuerza durante seis horas lectivas diarias por entender lo que explican los profesores. Con un potente hándicap de partida: es sorda. Por eso reclamó desde el inicio del curso la presencia de intérpretes de lengua de signos que la puedan ayudar. Desde el pasado lunes 15, un mes y dos días después de comenzar el ejercicio 2018-2019, por fin los tiene. Ahora, tras este logro, seguirá "luchando por los muchos compañeros que continúan con este serio problema".

La situación no es nueva. Ya la vivió el año pasado y terminó suspendiendo. Asegura que "teníamos intérprete la mitad de horas lectivas, quince, y la otra mitad, búscate la vida". Fue un factor clave para "perder buena parte de la información", lo cual repercutió en las notas.

Durante la entrevista con EL DÍA, Bárbara cuenta con la ayuda de una intérprete que, de entrada, deja claro que está trabajando y no existe salvo para ser "la sombra" -va de negro- de la persona. Esta recuerda que el año anterior tenía otro compañero en un ciclo muy vinculado a su discapacidad pero que este curso esta "sola ante el peligro".

Desde el lunes, hace tres días, después de solicitarlo durante más de un mes -las clases empezaron el pasado 13 de septiembre-, tiene por fin intérpretes a tiempo completo. Sin embargo, insiste, "voy a mantener la lucha por todos esos compañeros". Los cifra en "unos quince", entre Bachillerato y Universidad, aunque "yo conozco personalmente a seis".

Lo que denuncia, señala, "se repite desde la ESO o el Bachillerato, año tras año". Sufre "un exceso de ruido. La gente es en su mayoría solidaria, la materia está relacionada con la discapacidad y muchos conocen el lenguaje de signos pero siempre está quien habla de más o grita; hay mucho ruido y no me entero de nada".

Valora que "es materialmente imposible pasar días enteros leyendo los labios de quien da la clase; es imposible saber qué preguntan o responden los compañeros y pierdo el hilo de la conversación cuando el profesor queda de espaldas para escribir en la pizarra y continúa hablando".

Bárbara es una persona luchadora que defiende sus derechos. Tiene claro que "queda mucho camino por recorrer" para lograr la meta final: la plena inclusión.

Vive con su madre, que "es intérprete", en el barrio de El Sobradillo, al Suroeste de Santa Cruz, donde desarrolla una vida cotidiana "prácticamente normalizada".

Bárbara ha terminado por ser casi una experta en leyes: "La Ley 27/2007 reconoce nuestro derecho al lenguaje de signos y al intérprete. Denunciamos públicamente que no se cumple y lo exigimos".

El ejemplo de Bárbara vale para otras muchas personas que cuando van a estudiar pasan un calvario diario porque sufren "mucho ruido... y poca clase".

Testimonio 1: "¡Hola, soy Sara! Una alumna de la ULL de Segundo de Magisterio Infantil , y sigo sin intérprete hoy a día 16 de octubre (pasado martes)". Testimonio 2: "Hola. Soy Cristian, estudiante del primer año de Pedagogía y, a día de hoy (pasado martes), sigo sin tener intérprete. ¿Pueden hacer algo al respecto?". Solo son dos muestras recogidas estos días por Queremos Movernos. Desde este colectivo apuntan que "todavía quedan alumnos sordos sin intérprete en los centros de enseñanza y en las universidades canarias". Añaden que ha transcurrido más de un mes desde el inicio del curso y algunos alumnos aún están en situación de "no escolarizados al carecer de las herramientas mínimas obligatorias, que exigen las leyes, para respetarles el derecho a la igualdad y a la educación. Estar sin intérprete o sin especialista de lengua de signos en todo el horario es sinónimo de no estar escolarizado en los tiempos que faltan estos profesionales".

Resulta "lamentable y feo que en Canarias se maltrate a los alumnos con discapacidad. Lamentable y fea la exclusión por razón de discapacidad".

Y subrayan: "No se puede jugar con el futuro de estos alumnos. Tampoco con su presente y su día a día, puesto que este maltrato afecta psicológicamente a estos alumnos".

Una petición a las instituciones para concluir: "Instamos al Gobierno de Canarias a modificar la contratación de intérpretes para que corra a cargo de la Consejería de Educación, acudan desde el primer día de clase y estén con estos alumnos durante todo el horario lectivo".

"Vulneración de la Ley"

"Vulneración de derechos absoluta", sentencian desde los colectivos que defienden a las personas sordas respecto a la situación de estos estudiantes sin intérprete o con ellos a tiempo parcial. "No solo los reconocidos en la Constitución", valoran, sino "también en la Ley General de las Personas con Discapacidad, la legislación en materia educativa y la Convención de Naciones Unidas sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, la declaración de derechos humanos de nuestro colectivo". Aclaran que "un alumno sordo no solo necesita que los intérpretes lleguen desde el primer día de clase, también que estén todo el horario lectivo". Añaden que "esta situación vulnera igualmente los derechos de los alumnos sordos, que se ven, el resto de horas, totalmente desconectados de su aprendizaje porque no saben lo que se está diciendo en clase". Conclusión: "Rechazamos esta educación no inclusiva que tiene y mantiene el Gobierno de Canarias. Maltrata a los alumnos con discapacidad, en general, y a los sordos, en particular. Un trato tercermundista que pone en peligro su futuro". El reciente Día Internacional de la salud mental tenía un lema expresivo: "Educación inclusiva, salud mental positiva".