Fue a finales de septiembre, hace menos de un mes: Agustín Manrique de Lara, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, hizo una declaración extraña en un empresario: dijo no ver conveniente bajar el IGIC, distanciándose de esa manera de la propuesta formulada por el PP como condición para apoyar los presupuestos del Gobierno en minoría de Fernando Clavijo. El presidente de la patronal de Las Palmas, en unas heterodoxas declaraciones, dijo que consideraba más importante consolidar las cuentas de Canarias con los mil millones de euros adicionales que aporta el IGIC, para así mantener los gastos estructurales de la Comunidad Autónoma. Por supuesto, fue inmediatamente y contundentemente replicado por sus compañeros de la Confederación: un empresario que se manifieste a favor de mantener impuestos resulta tan exótico como un bombero gordo y calvo en un calendario de bomberos sexis. Y más aún si ese empresario es presidente de la patronal.

Ahora, Manrique de Lara ha cambiado su postura, y se descolgó manifestando que ha llegado el momento de bajar el IGIC, porque el dinero que se recaude no va a poder gastarse. Y es cierto: Madrid se niega a permitir más gasto al Gobierno de Canarias. Si lo que se recauda de más tiene que ser obligatoriamente utilizado para pagar deuda a los bancos, y no para atender necesidades de los ciudadanos o para activar la economía con inversiones, entonces mejor bajar el tipo general del IGIC del 7 al 5 por ciento -como estaba antes de que Paulino Rivero lo subiera durante las crisis para cuadrar las cuentas públicas-, y que los ciudadanos nos ahorremos pagar. Que ya lo harán nuestros nietos.

Manrique de Lara ha sido calificado de incoherente y errático por su inesperado giro de 180 grados. Alguien ha comentado que -siendo como es afiliado al PP- el hombre ha acabado por acercarse a la posición que defienden su partido y la mayoría de los empresarios grancanarios que preside. En realidad no se trata de eso: Manrique de Lara no es en absoluto un tipo errático, es de una coherencia a toda prueba: hace un mes defendía la posición del Gobierno de Canarias sobre el IGIC, que era no bajar el tipo general, y ahora sigue defendiendo la posición del Gobierno de Canarias sobre el IGIC, que es bajarlo para matar dos pájaros de un tiro: conseguir el apoyo del PP a los Presupuestos de 2019, y tener un gesto con el sufrido contribuyente en año electoral. Lo que ha cambiado es la posición del Gobierno, no la posición de Manrique de Lara, que sigue siendo la misma, la del Gobierno.

El presidente de la patronal grancanaria fue abducido hace ya algún tiempo por el presidente Clavijo, ese joven nacionalista y liberal (ahora con barba) que piensa como piensan los empresarios cuando están el Gobierno: que los cuartos son para invertir. Cada vez que Clavijo propone algo, Manrique lo suscribe, cada vez que Clavijo se constipa, Manrique estornuda.