Dice el sabio refranero español que después de la tempestad viene la calma. Y así ocurrió ayer. Tras el palo de agua caído la noche del viernes y que tiró por tierra la vigilia programada en la Cruz del Señor, la jornada de ayer comenzó a las seis de la mañana, con el traslado en la cápsula de la Patrona hasta la parroquia de Esteban Vera, la Cruz del Señor. Una hora de oración que supo a caldo para sentar madres y la Virgen hizo una incursión por las periferias chicharreras. Para abrir boca, la Cruz del Señor, donde hasta el cura Javier de la Rosa acabó cantando con la murga Desbocados una salve murguera. De ahí, a César Casariego, La Multa, Santa Clara... que protagonizaron la imagen de una espectacular acogida de la Virgen. Hasta Jesús Agüín, que parecía tan recatado al principio, acabó lanzando vivas a diestro y siniestro y se entregó a cantar la isa de la Virgen de Candelaria. Fue un día intenso. Cita de la Patrona con los pacientes de San Juan de Dios; luego con los del Hospital Universitario de Canarias, con la emotividad a flor de piel.

Más tarde, un alto en la plaza de El Tranvía, en la Cuesta, para la entrega del título de presidenta de honor del Cabildo, y de nuevo, otra incursión en los barrios: Finca España gritaba viva a la Patrona de Canarias.

Ya desde Gracia, comitiva oficial, incienso, procesión solemne y la Virgen llegó a la Catedral de La Laguna, en la segunda visita en los últimos nueve años.