La plaza del Hospital de San Juan de Dios trajo ayer al recuerdo el entorno del Vaticano, en una celebración hecha por y para los enfermos y familiares del centro hospitalario.

Con una agenda holgada en lo que a tiempo se refiere y la emotividad a flor de piel tras el paso por el Centro de Mayores Toki Eder, en La Cuesta, los pacientes de San Juan de Dios fueron unos privilegiados en la visita de la Patrona, ya que el plan de seguridad obligó a que los peregrinos siguieran desde la carretera general el acto que presidió el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez.

Fue una estampa impresionante, con la fachada del histórico centro y todas las terrazas laterales abarrotadas de pacientes. La intensidad del momento fue tal que provocó hasta la emoción de uno de los fotógrafos, que enjuagaba sus lágrimas mientras atinaba a enfocar con el objetivo. Fue como el efecto del visitante que se adentra en la Via della Conciliazione, que desemboca en la impactante plaza de San Pedro, en el Vaticano.

El superior de la orden hospitalaria, Miguel Martín, agradeció la visita. De lo más emotivo, la ofrenda que realizaron los enfermos, el personal sanitario y, en particular, los usuarios del centro pedagógico. Por su parte, el prelado nivariense dedicó unas palabras de aliento, recordó que la Virgen "no es una imagen, sino una señora viva" e impartió la bendición antes de poner dirección a La Laguna.

Ya en la plaza de San Juan de Dios, desde el Ayuntamiento lagunero distribuían una estampa con la Virgen de Candelaria y, en la parte de atrás, el recorrido de la Patrona por la Ciudad Patrimonio. No había salido de Santa Cruz y ya Aguere se apresuraba a recibirla.

Tan bien iba de tiempo la peregrinación que, al abandonar San Juan de Dios, la comitiva ralentizó su marcha en la calle José Víctor Domínguez para hacer tiempo hasta su llegada al Hospital Universitario de Canarias (HUC). En ese punto, el delegado episcopal para la visita de la Morenita a Santa Cruz y La Laguna, Jesús Agüín, sacó su lado más folclórico para entonar una y otra vez el "Virgen de Candelaria", que acompañó con "vivas" a la Patrona, respondidos por el pueblo con gritos enfervorecidos de "¡Sí, sí, sí, la Virgen ya está aquí!".

Se resistía a dejar la comitiva el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, junto al edil Dámaso Arteaga. Mientras, con la gente volcada en la calle, la Patrona recorrió Vistabella, César Casariego, Santa Clara y La Multa. El paso por esta última zona fue indescriptible: fuegos artificiales, suelta de palomas, avemarías al estilo góspel y todos los vecinos volcados en la calle. Y de nuevo: "¡Sí, sí, sí, la Virgen ya está aquí!".