La magia siempre ha acompañado al ser humano, como también el humor. "A nivel histórico se ha asociado con lo prohibido, con reírse del poder y se ha vinculado a la figura del diablo, de la misma manera que la magia. Comparten esa parodia de lo divino y lo humano".

Quien así habla es Jaime Figueroa (Madrid, 1986), campeón de magia cómica en 2011 en el Congreso Nacional de magia, uno de los nombres que integran el cartel del II Festival Internacional de NeuroMagia que hasta el próximo domingo reparte ilusión en la Isla.

Desde su infancia ha sentido admiración por magos y payasos. Licenciado en Bellas Artes y Comunicación Audiovisual, ha pasado por la Gran Escuela de Magia de Ana Tamariz y las reuniones semanales en la SEI (Sociedad Española de Ilusionismo) de Madrid.

Y dice utilizar muchas veces la magia "como recurso para llegar al humor", convirtiéndola en una excusa o una vía para hacer mención sobre algo, "porque el fin que persigo tiene que ver con lo humorístico".

Al bufón lo considera "un personaje incisivo e inteligente, que utilizaba la ironía y se situaba hasta por encima del poder. Era casi un asesor y se le permitían ciertas licencias". Trasladado en el tiempo, lo compara con los actuales monologuistas. En cuanto al clown, Jaime Figueroa lo define como "menos inteligente, más idiota, una figura que trabaja desde un perfil humano básico".

Ahora desarrolla un espectáculo integral de magia y humor, en el que utiliza el recurso de la ventriloquía, que le permite crear la ilusión de contar con dos o más personajes en escena. "La parte mágica es la forma de hacerlo y la cómica sería el hecho en sí".

En sus guiones, las historias están protagonizadas por personajes "eminentemente cómicos, pero la manera de verbalizar, de simular a esta pareja en escena, es un recurso mágico y antiguo".

Una iniciativa como el II Festival Internacional de NeuroMagia la considera "fantástica, una oportunidad extraordinaria para abordar muchos temas y para acercarnos a cómo esas emociones, esas trampas y ardides actúan en nuestro cerebro". Y es que, de alguna manera implícita, la neurociencia se dirige al espectador. "La magia en sí solo existe realmente en el cerebro del espectador, que es quien completa y crea el efecto mágico. Me parece acertado hablar desde lo perceptivo".

El contraste real de este encuentro entiende que va a estar "entre los científicos y los bufones, podríamos llamarlos los especímenes", señala Figueroa, que de Luis Piedrahita dice "que trabaja mucho el humor asociado a la magia y pertenecemos a un universo próximo. Lo divertido va a ser ponernos bajo el microscopio".

Acaso un espectáculo de magia represente el único momento en el que aceptamos ser engañados. "Ese pacto se conoce como suspensión de la incredulidad. Sabemos que asistimos a una ficción, pero admitimos las reglas, las particularidades de ese universo y nos dejamos llevar", concluye.

Jaime Figueroa

mago cómico