La visita de la Virgen de Candelaria a Santa Cruz y La Laguna está enmarcada dentro del Plan Diocesano que ha puesto a la Iglesia nivariense en misión desde el curso 2015-16, y coincide con la celebración del bicentenario de la Diócesis de Tenerife. Cuando se le pregunta a los miembros de la Pastoral de Nueva Evangelización por qué se ha celebrado esta peregrinación un año antes de que finalice el plan -cuando para algunos podría ser un broche de oro para culminar la programación-, los agentes de pastoral explican que estamos en la etapa de acompañar y fructificar, "y quién mejor que la Virgen María como ejemplo y para realizar este acompañamiento que va al encuentro de las periferias geográficas y existenciales", explica Jeremías González, profesor de Primaria del colegio de Los Salesianos, en La Cuesta. "María es la primera misionera", sentencia, y hace un balance muy positivo de esta visita, que solo en La Laguna reunió a más de 40.000 personas, con muchas personas involucradas.

Junto a Jeremías, Elena Marrero, licenciada en Química y profesora en el colegio La Salle-San Ildefonso, miembro también de la Pastoral de Nueva Evangelización, que explica que esta visita "viene a dar luz", precisamente en el curso que se dedica a las periferias, de ahí la justificación de que la Virgen de Candelaria visitara en su recorrido por Santa Cruz y La Laguna barrios como Tío Pino, García Escámez, San Fernando, Los Gladiolos, Cruz del Señor, Cuesta de Piedra, César Casariego, La Multa, Santa Clara, Gracia... Elena recuerda que tanto en el trayecto de Taco al Hospital de La Candelaria como en la entrada desde Gracia a La Laguna casco, las miles de personas que asistieron a la peregrinación vieron el farol de la misión, que incorpora los santos canarios: el Hermano Pedro y José de Anchieta y los mártires de Tazacorte.

El delegado de la Nueva Evangelización, Eduardo Rodríguez, recordó que esta misión es un trabajo que se inició en 2015, un plan que culminará en el curso 2019-20, coincidiendo con el bicentenario de la Diócesis. Trajo al recuerdo las palabras del obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, en su carta con motivo de la visita de la Virgen a Santa Cruz y La Laguna: "La Iglesia, continuadora de la misión del Hijo, debe trabajar sin descanso para que la salvación llegue a todos, para que todos conozcan a Cristo, para que todos lo encuentren y puedan disfrutar de su redención salvadora. (...). La misión de la Virgen María no quedó limitada a su existencia histórica hace dos mil años (...). Su misión, ayer y hoy, es mostrarnos a Cristo y llevarnos hacia Él", desde una Iglesia cercana que hace misión en la propia Diócesis.