El presidente del Colegio de Arquitectos de Tenerife, Argeo Semán, considera fundamental convocar un concurso de ideas para desarrollar los terrenos de la Refinería que serán cedidos a Cepsa al Ayuntamiento de Santa Cruz a través de un convenio para su urbanización, dentro del programa Santa Cruz Verde 2030. Señala que se trata de "una oportunidad que hay que aprovechar", aunque pone de manifiesto su preocupación por que en algún momento la ordenación del terreno disponible pudiera ser "impuesta por la propiedad o promotores".

¿Qué le parece el acuerdo entre Santa Cruz y Cepsa?

Creo que es una oportunidad para la ciudad que hay que aprovechar. Es un asunto bastante complejo porque allí se mezclan intereses privados potentes con los públicos, pero es una oportunidad de ganar una parte de ciudad nueva que si se hace bien puede ser un cambio sustancial para el Santa Cruz del futuro.

¿Y cuáles son las premisas que debe tener un proyecto urbanístico de estas dimensiones?

Hay que tener en cuenta que estamos en el marco de la nueva Ley del Suelo de 2017, que establece unos estándares de espacios libres y equipamientos y eso hay que cumplirlo a rajatabla sí o sí. Los números del convenio están dentro de esos estándares y mientras que estén ahí no habrá problema porque son potentes. Un 67% del suelo de un total de 573.000 metros cuadrados iba a pasar al ámbito público entre viarios, espacios libres y dotaciones... Y un 33% era lo que quedaba como aprovechamiento lucrativo. Eso son números habituales en cualquier desarrollo de suelo urbanizable o ensanche de ciudad. En este sentido, parece que los números van bien. ¿Lo ideal? Que no viniera una ordenación impuesta directamente por la propiedad o los promotores, sino que hubiera un debate y un concurso de ideas en el que se pudiera plantear distintas alternativas dentro de un debate ciudadano sobre el modelo a implantar, al margen de los números, que está bien. Sobre los concursos, sé que son procedimientos largos y los plazos considerables, pero creo que la ciudad se lo merece. En un año, un tiempo de sobra, se podría hacer un debate con alternativas para sacar este Santa Cruz del futuro.

¿Qué teme sobre lo que se pueda hacer en esos terrenos?

En la ciudad tiene que haber aprovechamientos privados y públicos. No puede ser que sea todo público porque no hay administración que lo aguante. Los terrenos están en una situación estratégica, es la entrada a la ciudad tanto desde el norte como desde el sur y, por lo tanto, los sistemas viarios tienen que ser razonables y resolver y mejorar algunos problemas de conectividad que tenemos. Los espacios libres, hay suficiente suelo como para que podamos hacer un tercer gran parque (La Granja y García Sanabria son los actuales), no solo pequeñas plazas. La apuesta es crecer en altura. Ese es el estándar hacia donde tenemos que ir porque permite que ese aprovechamiento edificatorio se concentre en determinadas facetas y ver otros suelos para espacios libres, calles anchas, avenidas, bulevares, la prolongación de la rambla, que sería lo razonable... Creo que hay un montón de oportunidades, lo que pasa es que se deberían de debatir y consensuar e incido en el concurso público. Que no haya una única solución. Hay muchas y hay que debatirlas.

Y ahí está el espacio costero de la zona litoral de la Refinería.

Es el momento perfecto para que las propuestas se hagan. Dese cuenta de que ahí la zona está vinculada a la actividad portuaria y eso hay que desafectarlo. Y eso forma parte de las negociaciones que debe tener el ayuntamiento. Es verdad que es una zona que seguramente tendrá un alto nivel de contaminación de suelo y eso lleva un procedimiento de limpieza complicado, pero hay tantas cosas buenas que se pueden hacer ahí, que es el momento. Y siempre y cuando haya una capacidad inversora, gente que ponga dinero.

Públicamente tiene que haber dinero, pero mayoritariamente el dinero tiene que ser privado porque será el que se beneficiará de ese aprovechamiento edificatorio. Esa negociación entre el interés privado y público es el que puede generar una sinergia para que esto salga.

Mirando a Cabo-Llanos

El arquitecto Argeo Semán reconoce que el modelo actual de Cabo-Llanos no tiene que ver con el modelo que se planificó, aprobó y luego se ejecutó. Apuntó que todos sus espacios libres se concentraron detrás de Las Torres y fue un ámbito que se ejecutó cuando se debería haber actuado antes de la urbanización o en paralelo. De eso culpa a las administraciones públicas. El experto apunta que después de esa experiencia "hay que exigir que esos espacios libres estén ejecutados por los que van a tener las plusvalías urbanísticas" y para ello hay que pactarlo desde el principio para que "se ejecute por parte de privados bajo control de la administración pública. Es por eso por lo que apostamos por un concurso de ideas sobre la ordenación para poder regularlo, diseñarlo y ejecutarlo de forma precisa", dijo.