Director comercial de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife desde 2011, Airam Díaz ocupa desde hace un año la presidencia de la principal asociación de puertos de cruceros del mundo, MedCruise. Desde esta posición, augura una inminente "edad de oro" de la industria crucerística. Eso sí, advierte de que los puertos que no puedan suministrar gas a los buques pueden quedarse fuera de las "oportunidades" que ofrecerá esta nueva etapa del mercado.

El negocio de los cruceros parece vivir un buen momento.

La industria de los cruceros va a vivir una época dorada. Entre 2018 y 2027 van a salir de los astilleros 112 nuevos barcos de cruceros. Eso se traducirá en un incremento en la capacidad, la oferta y la demanda. El 97% de estos buques se fabrica en astilleros europeos, lo que genera una actividad económica muy importante. Algunos puertos y destinos que ahora no están en la rutas de los cruceros podrán sobresalir. En el caso de Canarias, esto puede beneficiar a Gran Tarajal, Valle Gran Rey o Tazacorte. Es una oportunidad para que algunos puertos y algunos destinos levanten la mano y digan "estamos aquí", y para los que llevamos tiempo en la industria es una ocasión para reforzar las escalas y el número de pasajeros. En la industria de cruceros no estamos solos. Los puertos somos una bisagra, una puerta giratoria. Nuestra labor es sobre todo conectar el crucero y a sus pasajeros con el destino. Siete de cada diez cruceristas eligen el itinerario no por el buque, sino por el destino.

Eso rompe el tópico de que el crucerista quiere pasarse una semana en el barco y poco más.

Sí. Aunque es verdad que la clase de buque también influye: buscan un barco con unas características, cuanto más nuevo mejor, hay cruceros temáticos, como los de Disney, los históricos o los de aventuras... La industria ha cambiado. Antes era sobre todo para personas con una edad avanzada y un nivel adquisitivo muy alto. El mercado se ha ido ampliando y especializando en diferentes nichos.

¿Cuál es el perfil de los cruceristas que recibimos en Canarias?

Tenemos un "mix". Recibimos cruceristas tanto de buques con capacidad muy elevada, porque tenemos muy buenas infraestructuras y podemos albergar las últimas generaciones de barcos, como de buques muy especializados y selectivos que buscan mercados muy concretos. Hablo de Lanzarote o de El Hierro. En La Gomera se está haciendo también un buen trabajo, o en Los Cristianos, con pequeñas barcazas. El 2,1% del mercado mundial de la industria de cruceros viene a Canarias. Tenemos mucho que decir. Pero la industria de cruceros también tiene mucho que decir en Canarias, porque representa el 15,1% de todos los turistas que vienen al Archipiélago. Es un mercado que irá en aumento, muy interesante, diferente al tradicional, con un gasto importante, alrededor de 43 euros de media por persona, unos 96 millones solo en gasto directo.

¿Qué retos plantea esta nueva fase de la industria a los puertos?

Desde el 12 de diciembre tendremos en Canarias un nuevo barco de AIDA, una compañía especializada en el mercado alemán, con más de 5.200 plazas. Seremos puerto base; es decir, que vendrán y se irán en avión. Eso son alrededor de 22 o 24 aviones aterrizando el mismo día en un aeropuerto y unas 188 guaguas del aeropuerto al puerto. La unión puerto-ciudad es muy importante.

¿Y cómo están de preparados los puertos canarios para afrontar ese incremento del mercado?

Los puertos canarios tienen una gran calidad. Lo que tenemos que hacer es mejorar continuamente nuestros servicios. Los barcos, cada vez más grandes, necesitan infraestructuras adaptadas a sus necesidades, mejores accesos y mejor conexión puerto-ciudad. Tenemos unos aeropuertos muy potentes y se trata de ver cómo gestionamos esos flujos de personas. Con la nueva terminal de Santa Cruz nos hemos adelantado a lo que iba a pasar y eso nos va a dar una posición muy importante. Pero no solo Tenerife, sino toda Canarias. El mercado de cruceros es el único en que no competimos. Nos necesitamos. Hay que crear una red de itinerarios y de puertos para que un mismo destino sea atractivo. Además, tenemos normas internacionales. La Organización Marítima Internacional ha fijado limitaciones a las emisiones de CO2 y al sulfuro. Las navieras están fabricando barcos propulsados 100% a gas. Si en Canarias queremos seguir estando dentro de la industria de cruceros, tenemos que facilitar gas natural licuado en nuestros puertos. Tendremos que darles lo que necesitan. No hay debate ninguno. El gas produce una reducción considerable en CO2 y, además, de contaminar menos, es más barato.

¿Se refiere a la necesidad de construir las regasificadoras?

No entro en si regasificadora sí o regasificadora no, solo digo que la industria necesita gas y nosotros tenemos que darle gas.

Pero entiendo que para eso serán necesarias las regasificadoras.

No quiero entrar en la discusión política. Como presidente de MedCruise veo que los barcos que vienen necesitan gas y debemos tener la facilidad de proporcionárselo, ya sea regasificando, almacenando o trayéndolo de donde sea. Si lo tenemos estaremos en los itinerarios de esos buques.

¿Y si no lo tenemos?

Corremos el riesgo de que otros puertos, otros destinos, levanten la mano y proporcionen gas a esos buques, que se tendrán que ir ahí. La industria va hacia ese lado. En MedCruise hemos hecho un mapa con todos los puertos que pueden suministrar gas dentro de la asociación y todos los que trabajan para hacerlo. Los armadores aprecian eso. Movemos unos 26 millones de pasajeros alrededor de unas 12.000 escalas y de 20 países. Nos tienen en cuenta en la UE a la hora de tomar decisiones, hemos participado en la redacción de normativa que regula, por ejemplo, la industria del gas.

¿Lo que beneficia a un puerto beneficia a los demás?

Necesitamos alternativas e itinerarios. No somos competencia. A Canarias le interesa que los puertos de Agadir, de Madeira, de Casablanca, puedan ofrecer también un buen servicio, porque eso enriquece la región, permite incrementar el volumen de tráfico y hacer más atractivo un destino, Canarias, mezclando con una experiencia africana o con las islas de la Macaronesia o tocando desde la Península. Eso no quita que tengamos nuestras estrategias locales o regionales.

En Canarias, sin embargo, parece que se sigue mirando la actividad de los puertos bajo el prisma del pleito insular.

Los puertos nos necesitamos. No es concebible un itinerario que salga de Tenerife sin contar con Gran Canaria, Lanzarote o Fuerteventura, como tampoco lo es para la provincia de Las Palmas tenerlo sin contar con Tenerife, La Palma, La Gomera o El Hierro. Cada isla es diferente y puede ofrecer un producto distinto a los cruceristas. Nos necesitamos unos a otros para ser atractivos. La nueva terminal de cruceros de Tenerife generará más oportunidades para los otros destinos, al igual que algo negativo que pueda pasar en otra isla pueda causar un impacto negativo en toda la región. Tenemos que colaborar. Después, cuando llega la hora de intentar conseguir más escalas y más barcos, todos intentaremos alcanzar nuestros objetivos.