Los alfareros de Kumhar Gram, el barrio de cerámica más grande de la India, apuran contrarreloj para ultimar los detalles de las "diyas", lámparas de aceite rituales que durante el mayor festival hindú, Diwali, se emplean para mostrar al dios Rama el camino de regreso a casa tras derrotar al demonio.

"Kumhar Gram", que significa "pueblo de alfareros" en hindi y está ubicado en el suroeste de Nueva Delhi, rebosa actividad con centenares de talleres que ultiman las "diyas", parte fundamental de una celebración que también se conoce como el festival de las luces.

Según el relato mitológico, Rama se enfrentó al diablo en la isla de Lanka (la actual Sri Lanka) para recuperar a su esposa, a quien éste había raptado, y en su camino de regreso a casa fue ayudado por los devotos, que con lámparas y velas iluminó y le indicó el camino.

Cuando faltan ya unas pocas horas para que mañana se celebre el momento culmen de Diwali, las cerca de 300 familias alfareras que viven en Kumhar Gram desde 1964 apuran las últimas "diyas".

"En este mercado, los artículos se venden en grandes cantidades hasta Dussehra (festival en octubre que marca la derrota del diablo). Las piezas se distribuyen por toda la India y fuera de la India también", señaló el alfarero de 35 años Harish Kumar, que comparte oficio con los otros diez miembros de su familia.

En este vecindario repleto de "diyas" y figuras de barro Harish aprendió el oficio de su padre y ahora lo practica junto a toda su familia, algo que, afirma, es "un punto negativo", porque no parece haber futuro para los suyos más allá de este trabajo.

"Todos los miembros de la familia tienen que participar", ya sea para hacer la mezcla de arcilla, moldear las piezas, secarlas o pintarlas, señala el alfarero, aunque eso sí, trabajaban en casa, por lo que ahorran tiempo y dinero al no tener "que ir a ninguna parte".

En un rincón de la vivienda, un miembro de la familia coloca la mezcla de barro sobre el torno eléctrico que al tiempo que da giros a una velocidad moderada, salen como arte de magia las famosas "diyas" moldeadas por sus propias manos.

"Toma apenas un minuto hacer una pequeña diya, sin embargo, el proceso lleva tiempo", explicó Harish rodeado en su taller de centenares de pequeñas lámparas aún sin pintar.

Según el alfarero, el trabajo más laborioso es darle color a las piezas, esto toma entre cuatro a cinco horas, por la variedad de sus tamaños, por ejemplo, las "diyas" más pequeñas pueden complicar este proceso de creación de mosaicos y diseños de colores.

"Después de eso, se ponen en un horno, que también toma cuatro a cinco horas", relató Harish.

Los precios pueden variar dependiendo del tamaño de las "diyas", las más pequeñas tienen un precio aproximado de entre 10 a 50 rupias (0,13 a 0,68 céntimo de dólar), en cambio, las "diyas" más grandes o con algún diseño más laborioso suelen costar entre 80 a 100 rupias (1,09 a 1,36 dólares).

Con la llegada del festival de Diwali el barrio se ve abarrotado de cientos de personas que buscan este tipo de lámparas.

Las familias hindúes usualmente colocan las "diyas" en el exterior de la vivienda o dentro de sus hogares sobre decoraciones en el suelo con polvos de colores o flores.

La "diya" se llena de aceite comestible y por medio de un cordón de algodón se crea una llama que puede durar toda la noche.

Además de las "diyas", durante Diwali se usan también velas, bombillas de colores, petardos y fuegos artificiales para celebrar un festival que conmemora el triunfo del bien sobre el mal.