El CD Tenerife recibirá el próximo domingo a uno de los equipos más en forma de la categoría. Probablemente, junto al Alcorcón, que es tercero, es la revelación de la Liga: un Albacete Balompié que ocupa la quinta posición con 20 puntos, lleva solo dos derrotas y ha marcado 19 goles, siendo con este último registro el segundo máximo anotador de la Liga, por detrás del Granada (20) y empatado con el Deportivo. Pero, ¿qué hay detrás de un club que en junio de 2016 descendió a la Segunda División B y que regresó al ámbito profesional justo un año después?

El soporte principal es el nuevo propietario. En julio de 2017, la empresa internacional Skyline, con experiencia en los sectores de la banca, los seguros y los negocios inmobiliarios, adquirió el 94,6 por ciento del accionariado de la institución manchega y el empresario venezolano-libanés Georges Kabchi pasó a ser el presidente.

Tras una apurada permanencia en LaLiga 1 2 3 (17/18) teniendo a José Manuel Aira, primero, y a Enrique Martín como entrenadores, los propietarios apostaron por nuevos responsables en los principales cargos del área de fútbol. Ahí, Mauro Pérez, un tinerfeño de 45 años de edad, fue nombrado director deportivo. Después de clasificar (como entrenador) a la UD Las Zocas para la fase de ascenso a Segunda B de la Liga 2015/2016, recibió una oferta del Rayo Vallecano (recién descendido a Segunda A) para que ejerciera de analista táctico. En el Rayo coincidió con el director deportivo Ramón Planes, que se marchó al Getafe en junio de 2017 con el fin de supervisar los fichajes. Planes avaló la contratación de Pérez para que formara parte de su grupo de trabajo en las oficinas del Coliseum.

En poco más de un año, Mauro pasó de entrenar en Tercera División a desenvolverse en los despachos, y ese fue finalmente el camino que tomó y que pudo continuar en solitario como jefe. El siguiente paso llegó provocado por otro movimiento de piezas. El Barcelona fichó a Ramón Planes en junio de 2018, como ayudante de Eric Abidal, y se produjo una vacante en el Getafe que fue cubierta por el responsable en materia de fichajes del Albacete Balompié, Nico Rodríguez. La conexión que se estableció entre el club madrileño y el manchego le brindó a Mauro la oportunidad de comandar un proyecto, pues fue seleccionado por el Grupo Skyline para relevar a Nico Rodríguez.

De entrada, en la pasada pretemporada, Pérez manejó un presupuesto con un límite salarial de 6.642.000 euros (el del Tenerife es de 8,37), uno más que el que tuvo el Albacete el curso anterior.

Además de renovar la plantilla con la salida de casi la mitad de la nómina de futbolistas y la incorporación de un "once" casi de estreno, Mauro tuvo la misión inicial de escoger a un entrenador. Y se decantó por el exfutbolista del Tenerife Luis Miguel Ramis, cuyo recorrido en los banquillos se reducía a su paso por el Real Madrid, donde preparó a los equipos cadete, juvenil (se enfrentó al Tenerife en la Copa de esta categoría) y al primer filial, el Castilla, sustituyendo Zidane. A continuación, con la campaña 16/17 comenzada, dirigió al Almería, con el que logró evitar el descenso. En el curso posterior continuó en el conjunto andaluz, pero fue despedido en la decimocuarta jornada.

Ramis perteneció a la plantilla del Tenerife en las temporadas 1994/1995, con Vicente Cantatore como técnico, y 1995/1996, la primera de Jupp Heynckes. En total jugó 69 partidos y marcó cinco goles con un club al que se unió, junto con el delantero Víctor Fernández, dentro de la operación de traspaso al Real Madrid del centrocampista Fernando Carlos Redondo. El central tarraconense regresó luego al Heliodoro como rival vistiendo los uniformes del Sevilla, Deportivo y Racing de Ferrol. El domingo lo hará por primera vez en su actual cometido, el de entrenador.

Media plantilla nueva

Sin pagar traspasos, Mauro Pérez logró renovar la plantilla del Albacete Balompié el pasado verano. El dirigente tinerfeño cerró las cesiones del uruguayo Mathías Olivera (Getafe), de Aleix Febas y Álvaro Tejero, ambos procedentes de la cantera del Real Madrid, del albanés Rey Manaj (Inter), de José Antonio Caro (Valladolid), de Eugeni Valderrama (Huesca), del holandés Mickael Malsa (Fortuna Sittard) y del brasileño Paulo Vítor (Vasco de Gama). Además, incorporó en propiedad a un delantero que ya había sido local en el estadio Carlos Belmonte, el murciano Alfredo Ortuño, y también a los defensas José Antonio Caro, Santiago Gentiletti y Fran García, y a los centrocampistas Diego Barri, inicialmente para el filial, y Jean Jules. Entre las operaciones de la pretemporada, Pérez se aseguró la renovación del delantero ucraniano Roman Zozulya, uno de los goleadores de esta temporada (lleva dos), en competencia con Manaj (3), Jeremie Bela (3), Eugeni Valderrama (2) y Acuña (2). Para la entrada de tantos futbolistas, el director deportivo tuvo que aligerar la plantilla con las bajas de jugadores como Aridane Santana, Mariano Bíttolo, David Morillas, Gafoor, Dani Rodríguez o Danny Carvajal.