Canarias se encuentra en el furgón de cola de la calidad de vida en España, solo por detrás de Galicia. Los factores relacionados con el trabajo -salarios, temporalidad, jornadas largas- y con las condiciones materiales -renta, desigualdad, vivienda- explican que el Archipiélago ocupe los últimos lugares del país en la tabla que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) basándose en diferentes indicadores.

El organismo estadístico confecciona un índice global de calidad de vida que incorpora múltiples dimensiones: las condiciones materiales de vida, el trabajo, la salud, la educación, el ocio y las relaciones sociales, la seguridad física y personal y el entorno y el medio ambiente. En el caso de Canarias, el resultado de combinar todos esos factores arrojaba en 2017 una puntuación de 98,13, algo más de tres puntos por debajo de la media nacional -101,45- y a más de ocho de Navarra, la comunidad autónoma mejor situada.

Con todo, las Islas han experimentado algunos progresos desde el año 2008 -la primera referencia del INE para trazar la evolución de la calidad de vida en las regiones españolas-, cuando el índice global de la comunidad era de 97,4 .

De la observación de cada una de las dimensiones se deduce que Canarias ha mejorado en relación a los años previos a la crisis en los indicadores relativos a la salud, educación y ocio y relaciones sociales, mientras que ha retrocedido en las otras cuatro (condiciones materiales, trabajo, seguridad física y medio ambiente).

La irrupción de la gran recesión deterioró sobre todo los aspectos relacionados con las condiciones materiales de vida y, en especial, el trabajo. Si los primeros han seguido descendiendo desde 2012 -segunda parada en la panorámica que dibujan los datos-, los referidos al empleo han mejorado, aunque todavía no hayan recuperado los niveles de 2008.

Los indicadores laborales, en concreto, apuntan, en concordancia con la recuperación en marcha desde hace un lustro, a una progresiva mejora de las tasas de paro, empleo, paro de larga duración y empleo involuntario a tiempo parcial, aunque con registros todavía muy lejanos a los de 2008. Ha descendido -de forma ligera, eso sí- el porcentaje de la población que cobra salarios bajos, al igual que el de trabajadores con contrato temporal. Crece, en cambio, la proporción de ocupados que desarrollan jornadas largas de trabajo -entre 40 y 48 horas semanales- hasta niveles que no se daban desde 2009, superiores al 50% del total.

Según los datos del INE, la valoración global de la calidad de vida aumentó en todas las comunidades autónomas entre 2008 y 2017, con la única excepción de Murcia, que experimentó una leve disminución.

Las cinco regiones con índice más elevados de bienestar son Navarra (106,90), La Rioja (105,29), Aragón (104,40), Principado de Asturias (104,32), Cantabria (104,25). En el otro extremo, los valores más bajos correspondieron a Galicia (97,16), Canarias (98,13), Ceuta (98,88), Andalucía (99,11), Extremadura (99,55).

Canarias es una de las regiones con mayor desigualdad del país. Las rentas que ingresa el 20% más rico de la población multiplican por siete las del 20% más pobre, una proporción que solo es superada por Baleares (8,2) y Madrid (7,7), además de por las ciudades autónomas de Ceuta (11,5) y Melilla (7,1). No obstante, la brecha se ha acortado de forma considerable desde que, en 2015, alcanzara el nivel más alto dentro del periodo analizado por el INE (2008-2017), 10,1.

Todas las comunidades autónomas, salvo Aragón, exhibían el año pasado indicadores de desigualdad superiores a los que registraban en los momentos previos a la crisis. En concreto, Canarias ha pasado en la década estudiada por el organismo de estadística del 5,6 de 2008 al mencionado 7 de 2017. En el primero de estos años, se situaba en la media del país para luego despegarse llamativamente de ella -hasta 3,2 puntos de diferencia en 2015-. Según el último dato, la distancia respecto a la media española (que se cifra en 6,6) es ahora la más corta desde 2008, apenas cuatro décimas.

Las regiones con menor desigualdad de ingresos en 2017 eran Navarra (4,4), La Rioja (4,5) y Aragón (4,6).