Una de las obras maestras de la historia musical es la canción que da título a la película de Queen que se centra en la vida de Freddy Mercury: "Bohemian Rhapsody". Por momentos, la peli te pone los pelos de punta, sobre todo en los que se revive la actuación de la formación en el Live Aid, el primer concierto que, en 1985 y promovido por Bob Geldof, juntó a todos los grupos de más alto prestigio mundial para que gratuitamente actuaran y recaudaran fondos de cara a combatir el hambre en África. Asunto que hoy lidera Bono de U2. Pues, con todo, es una película a medias. Quizás por el excesivo mimo con el que el director Bryan Singer quiso tratar a Freddy, dejó por el camino mil degeneraciones del cantante que realmente me importan un pimiento. Pero lo asombroso es que omite el mayor éxito musical de Queen, que no es otro que el concierto "Wembley''86". Joya sin par, que se puede encontrar en YouTube. Pero la película, curiosamente, llega desde el comienzo de la banda hasta el 85, únicamente. Perdiéndonos el gran final de la vida del cantante que no tendría por qué tocar el morbo en absoluto.

Otra omisión que a los fanes de Queen nos dejó absortos fue la exclusión de la gran lucha de Freddy, que lo hacía, ya moribundo en el hospital, salir sin apenas fuerzas al estudio a grabar su último y mítico éxito, que fue "Show must go on" (El show debe continuar). Y es que este tema fue grabado por partes, ya que Mercury apenas tenía energías para dar lo mejor de sí. Pero se obró el milagro y consiguió interpretar un himno como al que hago alusión. Queen, su gran historia, su potencia, su forma de hacer rock y de mezclarlo con la ópera, de interpretar baladas como "Love of my life", y excelentemente reflejadas en la pantalla, son un subidón de adrenalina en las salas de cine ante lo que nadie puede permanecer impasible en su butaca. A buen seguro, el film será candidato a los mayores galardones del cine. Porque aun siendo un largometraje a medias, para quien suscribe, es un pedazo de peliculón.

@JC_Alberto