El Ayuntamiento de Santa Cruz ha dado un paso adelante sobre las ayudas que se prestan a las personas más necesitadas del municipio con la creación de la tarjeta social de alimentos en colaboración con la cadena de supermercados Dinosol, una alianza que se suma a la cartera de servicios que desarrolla el IMAS, dependiente del área de Atención Social.

En este caso, la mayor de las novedades se centra en que la nueva tarjeta permitirá que los usuarios podrán acceder a alimentos frescos (carne, pescado, verdura y fruta), al margen de los productos de primera necesidad, un hito de vital importancia para poder entender la magnitud de la nueva propuesta.

La otra de la clave que llevará consigo la creación de esta tarjeta es que se podrá compatibilizar con otro tipo de ayudas de ámbito familiar que los usuarios del área que dirige Óscar García estén recibiendo, lo que pone en valor más todavía la importancia del paso anunciado ayer por el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, el propio García, la primera teniente alcalde, Zaida González, y el director de Planificación y Proyectos la cadena de supermercados Dinosol, Fernando Cruz, y el gerente del IMAS, Gilberto Leandro.

Lo cierto es que ayer se rubricó un convenio de colaboración con un nuevo sistema que se extenderá durante los próximos dos años, "prorrogables por otros tantos", para poder desarrollar la nueva fórmula de tarjetas de forma conveniente y adaptada a las necesidades de las partes asociadas en el proyecto y de los propios usuarios, que son al fin y al cabo los que se van a beneficiar de la novedosa aplicación de las tarjetas.

Para ello, el reparto de alimentos en los 15 supermercados de la cadena que existen en el municipio se gestionará y se analizará para una estadística muy especial que llevará a cabo la propia cadena al objeto de determinar la colaboración con la administración.

El regidor apuntó que la tarjeta social de alimentos nace con el objetivo de "facilitar la vida a las personas que lo tienen más complicado", agradeciendo la apuesta decidida de Dinosol por implicarse (en este punto adelantó los planes de expansión que tiene la empresa)", recordando que la colaboración "no sustituye en ningún caso a las otras ayudas que se prestan".

Zaida González dijo que "la tarjeta supone la mejora de la calidad del servicio que prestamos a los usuarios, ya que podrán recibir productos frescos y de higiene de forma normalizada", mientras que el edil Óscar García aseguraba que "el nuevo sistema de tarjetas llega para quedarse".

Cruz puso en valor que el sistema "dignifica a sus usuarios", recordando experiencias pasadas con distintos colectivos y reconociendo que el acuerdo con Santa Cruz tiene una dimensión mayor por ser una capital de provincia.

Aumentan el número de ayudas en 2018, un total de 14.500

El área de Atención Social adelantó ayer que ha existido un crecimiento en las prestaciones económicas que dispensa a las personas con vulnerabilidad, que el año pasado sumaron cerca de 14.000 ayudas (más de 1,3 millones al año) y que este ejercicio terminará con 14.500, si se cumplen las proyecciones realizadas, explicó el gerente del IMAS, Gilberto Leandro. No obstante, el alcalde José Manuel Bermúdez minimizó el dato aportado. En torno a la tarjeta social de alimentos, se trata de una tarjeta con una banda magnética como una bancaria que estará a nombre del beneficiario para que pueda adquirir productos básicos y frescos. El ayuntamiento ingresará el importe de las ayudas en la medida de que los usuarios consuman los productos, que serán básicos y que no contemplan ni alcohol o tabaco.