Entre cinco y seis semanas estará Luis Pérez apartado de la competición. Es el tiempo aproximado que dedicará para recuperarse del esguince de grado II que sufrió en la rodilla derecha en una jugada del partido del pasado sábado en El Molinón, ante el Sporting, al chocar con un adversario, Babin. En ese momento, cuando quedaban poco más de 20 minutos para el final del encuentro, el lateral utrerano tuvo que ser sustituido.

Por medio de una resonancia magnética, ayer se confirmó el diagnóstico de una lesión que le impedirá jugar este viernes ante el Extremadura, pero también el derbi y el último choque de 2018, frente al Granada en el Heliodoro. Luego, si se cumplen los plazos, tampoco estará disponible para competir tras la vuelta de las vacaciones de invierno, de manera que José Luis Oltra no podrá contar con su participación en el compromiso con el Elche y no sería segura su reaparición en la visita al Oviedo.

De esta manera, el defensa ve interrumpida una racha de ocho jornadas seguidas siendo titular. Ayer asistió al entrenamiento que realizó el equipo en El Mundialito, pero solo salió al césped para ser testigo de la charla inicial de Oltra. A continuación, accedió a la enfermería para comenzar un tratamiento de fisioterapia.

Sin Luis Pérez en la lista de convocados para el choque de la décima séptima jornada, ante el Extremadura, el puesto de lateral derecho en la alineación titular será para el otro especialista de la plantilla, Raúl Cámara, cuyo protagonismo en esta campaña se reduce a cuatro apariciones en alineaciones titulares; la última, en el estadio del Real Mallorca.

Para este viernes, Oltra tendrá dos bajas seguras por lesión, las de Luis Pérez y Aitor Sanz -continúa con su tratamiento en Vitoria por una tendinitis aquílea y molestias en el gemelo izquierdo-, y otras tantas por arresto federativo, ya que en El Molinón completaron el ciclo de cinco tarjetas amarillas Jorge y Bryan Acosta. Además, queda la duda de Ángel Galván. En el peor de los casos, el portero enlazará una tercera jornada sin ser convocado por un esguince de tobillo de grado I.

En cuanto a las altas, respecto al partido con el Sporting, Aveldaño superó unos problemas estomacales y Nano pudo entrenarse ayer con total normalidad.

Una de las pocas buenas noticias para el Tenerife en el partido del sábado en El Molinón, en lo que a nombres propios se refiere, estuvo protagonizada por Paco Montañés. El castellonense pudo volver a jugar después de seis semanas de baja por una microrrotura muscular. "A pesar de la derrota, me fui con buenas sensaciones en lo personal", confesó Montañés, que cayó lesionado el pasado 14 de octubre, jugando ante el Lugo en el Heliodoro, justo un año después de que iniciara un período de inactividad de siete meses por un grave esguince de tobillo. Ese mal recuerdo de la Liga anterior invadió al futbolista cuando tropezó con este nuevo contratiempo. "No lo llevé nada bien, porque en estas situaciones me como mucho la cabeza y le doy vueltas, pero sabía que debía tener paciencia y que el problema de la Liga pasada fue diferente, porque se produjo por un golpe y no pude hacer nada", recordó comparando las dos lesiones. "En esta temporada había empezado bien y me estaba ganando un sitio. Me sentía con confianza y estaba contento, y creo que se notaba, pero en mi primer partido como titular tuve esa lesión, y cuando me pasó, me fui hundido al banquillo", contó. Pasando a un análisis colectivo, aseguró que el partido en El Molinón fue "muy frustrante", porque "el equipo mereció algo más" ante el Sporting. "Nos falta un punto de inflexión para crecernos fuera de casa, porque dentro estamos bien", opinó el jugador, que calificó el Tenerife-Extremadura de este viernes como "una final" por la necesidad de compensar la mala racha a domicilio. Además, aseguró que en la plantilla no están pensando en la visita a la UD Las Palmas. "El derbi será especial y muy importante, pero tenemos mucha faena esta semana como para pensar en la otra. Necesitamos sacar los tres puntos el viernes".