El presidente francés, Emmanuel Macron, recibió hoy a los responsables de las principales organizaciones sindicales y patronales, así como a los presidentes de las cámaras parlamentarias y de otras instituciones, para hablar de medidas que puedan calmar las protestas de los "chalecos amarillos".

El encuentro en el Elíseo, que comenzó minutos después de las 10.00 hora local (09.00 GMT) y acabó cuatro horas más tarde, precede a los anuncios que Macron prevé hacer en una intervención a las 20.00 (19.00 GMT) en televisión con la que romperá más de una semana de mutismo durante la crisis más grave de sus 19 meses de mandato.

Macron estuvo acompañado por varios miembros de su Gobierno, como su primer ministro, Édouard Philippe, y los titulares de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire; Trabajo, Muriel Pénicaud; Transición Ecológica, François de Rugy, o Transportes, Elisabeth Borne.

En la lista de invitados no figuraba ninguno de los que en los últimos días se han presentado como portavoces de los "chalecos amarillos". Siete de ellos, de la línea moderada, fueron recibidos el viernes por el primer ministro.

Al término del encuentro, sus participantes indicaron hoy que el presidente les ha prometido que esta noche anunciará medidas "sólidas" y "concretas", que no les adelantó.

"No nos gustaría que las empresas sean víctimas colaterales", sostuvo el presidente de la Confederación General de Pequeñas y Medianas Empresas (CPME), François Asselin, partidario de exonerar de impuestos las horas extraordinarias para "impulsar el trabajo" y favorecer el poder adquisitivo.

En las primeras semanas del movimiento, Macron ignoró las propuestas de concertación que le habían hecho los sindicatos. Las cosas cambiaron tras los violentos disturbios del 1 de diciembre, que se reprodujeron el pasado sábado.

El Gobierno ha descartado en las últimas horas un incremento del salario mínimo en enero superior al 1,8 % que fija el sistema de cálculo actual de revalorización.

Entre las pistas que circulan sobre los anuncios que hará Macron aparecen rebajas del impuesto sobre la renta, acelerar la prevista desaparición de la tasa por ocupar una vivienda o una prima de actividad para los trabajadores con remuneraciones más bajas.

"Detrás de todo esto hay un tema mayor, que es su relación con los franceses. Se tiene la sensación de que el quinquenio está mal encauzado. Hay que evitar lo peor, y para eso hay que cambiar de método y de comportamiento", resumió el presidente de la institución Regiones de Francia, Hervé Morin.