Hace tres años y nueve meses -1.386 días se cumplirán el próximo domingo-, del último partido oficial entre el Tenerife y Las Palmas. También fue en Gran Canaria y acabó con empate a un gol. Aquel año, los amarillos ascendieron a Primera y el derbi quedó reducido a la versión "amistosa" de la Copa Mahou, en las pretemporadas.

Hoy se ponen en marcha los dos equipos con la idea de ganar un partido al que llegan muy necesitados, aunque con distintos niveles de exigencia. Las Palmas, que abrirá sus puertas a la prensa el jueves, vive momentos delicados porque el equipo está defraudando las expectativas generadas al comienzo de LaLiga; el Tenerife, que arranca su semana con un "media day" a primera hora de esta mañana, llega con la ilusión de poner fin a su larga sequía de triunfos fuera de casa. Cada partido lejos del Heliodoro es una oportunidad, para evitar que el siguiente en casa se convierta en un problema. Así lleva nueve visitas, en las que solo ha logrado cuatro empates. El derbi se presenta como una gran posibilidad.

El ambiente entre los aficionados, en redes sociales y a nivel mediático, ya responde a la dimensión de un partido que Oltra definió ayer como "la bomba".