La Asamblea Nacional francesa rechazó hoy la moción de censura presentada por los tres grupos parlamentarios de la izquierda contra el Gobierno por su gestión de la crisis de los "chalecos amarillos".

Como era esperado, La República en Marcha, el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, tumbó gracias a su mayoría absoluta esa moción, que fue presentada el pasado día 11.

Los 70 votos a favor recibidos no fueron suficientes para alcanzar la mayoría absoluta necesaria en la Cámara Baja, establecida en 289 de los 577 diputados.

El texto obtuvo el respaldo de socialistas, comunistas, del partido de la izquierda radical La Francia Insumisa y del ultraderechista Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional).

La moción subrayaba que el vínculo de confianza entre la población y el Ejecutivo está roto y no se ve "ninguna posibilidad de que este último retome esta relación", por lo que se apelaba a "cambiar de rumbo".

Al defender hoy la moción en el debate parlamentario, el presidente del Grupo Demócrata y Republicano, André Chassaigne, asociado a los comunistas, criticó que el Gobierno haya reaccionado demasiado tarde a las protestas y que sus medidas sean "tan engañosas como insuficientes".

El incremento en cien euros mensuales del salario mínimo, la anulación del alza de las cotizaciones para las pensiones inferiores a los 2.000 euros, la exención de impuestos y de cotizaciones para las horas extra y la petición a las empresas de una prima voluntaria de "fin de año" forman parte del plan para cesar la protesta.

En el inicio de la sesión en la Cámara Baja, el primer ministro francés, Édouard Philippe, defendió su voluntad de aplicar rápidamente el plan previsto por Macron.

En esa línea, avanzó que el próximo día 19 se presentará en Consejo de Ministros un proyecto de ley que consolidará las medidas anunciadas, que el Parlamento podrá empezar a examinar "inmediatamente".