Aroa Alonso Perdomo, natural de Tejina, en La Laguna, terminó el instituto y entró en la Guardia Civil. Con apenas 18 años, un amigo de la familia que es miembro del Instituto Armado la animó a realizar las pruebas de acceso. Ella se tomó muy en serio el reto y consiguió superar los diferentes ejercicios a la primera. De eso hace ya 14 años. Desde entonces, ha trabajado en los puestos de San Sebastián de La Gomera, en la prisión Tenerife II y Tacoronte, donde actualmente ejerce su trabajo.

Hace pocas semanas, en la sede de la Delegación del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria, recibió una medalla al Mérito de Protección Civil por su arrojo para intentar salvar a una mujer de un incendio ocurrido en abril del presente año en una vivienda en el municipio de El Sauzal.

Recuerda que estaba con su compañero de patrulla a las 7:30 horas y recibieron una alerta de la central operativa de servicios (COS) para que acudieran a un incendio en una casa. El aviso lo dio una vecina que iba paseando a su perro, porque hasta ese momento la residente en el inmueble afectado, una viuda de unos 80 años, no se había percatado de lo que ocurría.

Supuestamente, el origen de las llamas estuvo en una vela. Cuando se dio cuenta de lo sucedido, la afectada subió a la azotea y se encontraba en un gran estado de nerviosismo. Esa fue la única salida que halló ante el humo negro que invadía su casa. La puerta del inmueble quedó cerrada por dentro y con la llave puesta.

Un vecino trató de auxiliar a la víctima, pero también quedó atrapado en la azotea del domicilio de la mujer mayor, ya que no pudo regresar a un lugar más seguro.

Posteriormente, Aroa y el otro guardia civil subieron por una escalera, pero el intenso humo negro procedente del patio interior de la casa les impidió avanzar para conseguir su objetivo, ya que no disponían de equipos de respiración.

Finalmente, con una grúa del Ayuntamiento de Tacoronte y el apoyo de los guardias civiles, la octogenaria pudo ser salvada. Aunque debió permanecer varios días ingresada en un centro hospitalario, se pudo recuperar de forma satisfactoria.

Aroa también se muestra orgullosa de otra intervención en la que pudo ser capturado un ladrón habitual al que perseguían desde hacía meses tras una oleada de robos en Tacoronte.

La agente recuerda que "llevábamos tiempo detrás de él". Esta profesional aclara que "teníamos indicios de quién estaba cometiendo los delitos, pero había que pillarlo con las manos en la masa".

A pesar de que realizaron diversas acciones e, incluso, vigilancias nocturnas, no habían podido apresarlo.

Pero una noche, el mencionado individuo, al que le constan numerosos antecedentes, entró a robar a una conocida armería de Tacoronte.

La propietaria escuchó ruidos sospechosos y alertó a la Guardia Civil. En pocos minutos, la patrulla formada por Aroa y su compañero estaban en el exterior del mencionado negocio. Y el ladrón decidió esconderse en el interior del local.

Desde ese momento, Aroa y el otro guardia pidieron colaboración ciudadana para evitar que se escapara.

Después de algún rato, el delincuente quiso huir por la parte trasera de la armería, aunque "se quedó enganchado en un muro y pudo ser detenido" con el apoyo vecinal, comenta esta profesional. Cuando los agentes le preguntaron qué hacía, la excusa esgrimida por el acusado fue que "venía de pasear".