Vecinos del ámbito de El Toscal denunciaron ayer el estado en el que se encuentra un inmueble de la calle San Antonio, en el barrio de El Toscal, del que advierten, puede significar un riesgo para las personas. En este caso, denuncian que el ayuntamiento capitalino no ha hecho nada para evitar que el estado ruinoso que presenta la casa se convierta en una situación peligrosa si se viene abajo, por lo que demandan que se actúe para garantizar la seguridad de las personas.

Un grupo de residentes en la calle alertaron de la situación tras escuchar hace unos días un fuerte ruido en su interior. Apuntan que es normal que cada cierto tiempo se escuchen ruidos de pequeños cascotes que caen y recordaron que hace unos años se derrumbó parte de la cubierta en lo que fue el episodio más sonoro de los recordados.

Se trata de una casa terrera de unos 60 metros cuadrados que se sitúa en el número 29 de la calle San Antonio, frente a la remodelada Casa Siliuto, que tendrá que estar terminada y entregada este viernes. Es uno de los inmuebles más antiguos del barrio, según comentan los vecinos, que señalan que "es lamentable que los dueños no hagan absolutamente nada por arreglarla o que el ayuntamiento no intervenga intervenir de manera subsidiaria si los dueños no quieren hacer absolutamente nada. Tomarán la iniciativa una vez que suceda un susto o una desgracia", apuntó una de las vecinas.

Otra de las convocantes aseguró además que la casa se ha convertido en un auténtico foco suciedad "lo que ha obligado a que algunos vecinos tengan que poner mosquiteros en sus casas por si acaso".

Precisamente destacan que "esta es otra de las consecuencias del abandono que ha sufrido el lugar y que supone que en El Toscal sufra una auténtica plaga de cucarachas por la gran cantidad de casas en estado de semirruina o abandonadas que existen", por lo que piden, además, "una intervención global en todas las partes del barrio para la erradicación de plagas", pidió otra de las vecinas, aunque fue corregida al señalar que sería un control.

Por su parte, fuentes de la Gerencia de Urbanismo aseguraron a EL DÍA que se ha dictado una orden para el apuntalamiento preventivo de las zonas de techumbre que no se ha caído, así como la limpieza y desescombro del interior a la propiedad. Asimismo se insta a la colocación de un red anticascotes en todo el frente de la fachada para prevenir cualquier desprendimiento incontrolado de piedras o cascotes, recordando que la propiedad tiene un plazo de dos meses para la realización de los trabajos.