La San Silvestre Lagunera, ya desde sus inicios, fue considerada como la carrera emblemática del invierno insular. Los corredores y corredoras de comienzos de la década de los 80 del siglo pasado la tenían marcada en el calendario para competir en las mejores condiciones posibles. Elena Ramos fue su primera ganadora en categoría femenina. Se alzó con el triunfo con tan solo 16 años. Entonces pertenecía al Club Atletismo Aguere.

La carrera, en esas primeras ediciones, "no tenía la gran repercusión que tiene hoy. La mayoría de los participantes eran atletas federados, que entrenaban de forma habitual, de ahí que la prueba tuviese un gran nivel, pero sin la elevada participación de hoy en día", explica Ramos.

Cabe significar que existían ciertas diferencias entre los participantes en categoría masculina y femenina. "Los hombres afrontaban un recorrido más largo y, al tener un mayor número de inscritos, había varias categorías, mientras que en féminas solo había una", señala la corredora.

En cuanto a los galardones, las diferencias eran más que evidentes: "Recibían reconocimientos las primeras tres mujeres que llegaban a meta, a las que se les entregaba un trofeo. Por su parte, los primeros diez varones recibían tanto un trofeo como un premio económico, proporcional a la posición en la que entraran en meta", recuerda.

Con el paso de los años, esto fue cambiando. Las corredoras lucharon por la igualdad y siempre fueron escuchadas por los organizadores. "Los primeros cambios consistieron en introducir premios económicos, aunque fueron inferiores a los de los hombres, aludiendo que eran menos mujeres las que corrían", explica Elena Ramos.

En la actualidad, las distinciones y la distancia a completar son las mismas en categoría femenina y en masculina.

Elena Ramos ha sido una asidua participante de la San Silvestre. En sus múltiples presencias siempre logró quedar en las primeras posiciones. Si no conseguía subirse al podio, lo rozaba. Alcanzó la victoria el año que comenzó la carrera, en 1982.

A este éxito le siguieron los de 1984, 1985, 1986, 1987 y 1988. Suma a ello que ha conseguido tres segundos puestos, en 1983, 1992 y 1998, y cinco terceros: 1997, 1999, 2000, 2001 y 2002. En el 2004 obtuvo el primer premio en categoría Veterana.

En la actualidad Elena Ramos sigue vinculada al mundo del atletismo, pero ya no compite. Cuando puede se desplaza a ver las competiciones en las que participan su marido y sus amigas, añorando sus años de corredora.

En la próxima edición de la San Silvestre tampoco correrá, aunque si sus labores personales se lo permiten, se acercará a La Laguna a presenciarla como una aficionada más, recordando así que durante muchos años consiguió estar en lo más alto de la última carrera del año, y en el atletismo tinerfeño y canario.

Profesor en Londres

El primer vencedor en categoría masculina de la San Silvestre Lagunera fue José González Alonso, en 1982, a los 18 años de edad. En sus primeras participaciones en la última carrera del año en Canarias lo hizo perteneciendo al Club Universidad Laguna y después como miembro del Club Escuela de Atletismo de Tenerife (CEAT). "Durante esos primeros años, el número de participantes de la carrera era inferior a las cifras actuales, pues corrían aproximadamente unos 400 atletas. En su gran mayoría, de los diferentes clubes de atletismo de la Isla. El trazado era más largo que el actual, pues se recorrían entre 8 y 9 kilómetros", explica González. La cita era considerada como una prueba importante en el calendario deportivo. En palabras del propio González, "la importancia de esta carrera para los atletas del momento era la misma que hoy en día. Todos queríamos ganar". José González participó una decena de veces, alzándose con el primer puesto en cuatro de ellas: 1982, 1983, 1984 y 1990. En la actualidad, este icodense no está vinculado al atletismo, aunque sí de forma indirecta. Es profesor en la Universidad de Brunel, en Londres, donde es profesor de Ejercicio y Fisiología Cardiovascular. De hecho, su actividad científica está relacionada con el atletismo, pues ahora mismo estudia las repercusiones que tiene en el rendimiento las pruebas de larga duración, sobre todo en condiciones ambientales de calor. Se une a ello que su hija practica el atletismo, por lo que sigue asistiendo a las competiciones donde ella participa. En la actualidad no compite, ya que hace unos años tuvo una serie de lesiones musculares que le obligaron a dejar de hacerlo. A pesar de ello, realiza actividad física casi a diario.