El cáncer de próstata es el más frecuente en el hombre, sin embargo aún son muchos los que tienen reparos en acudir a su urólogo. En Canarias, los cuidados y tratamientos para esta enfermedad son muy similares a las de otras partes de España, y con los nuevos avances tanto en tratamientos como a nivel tecnológico, Tomás Concepción, jefe de servicio de Urología del Hospital Universitario de Canarias (HUC) vaticina una mejora en la calidad de vida de los pacientes en pocos años.

¿El cáncer de próstata es menos agresivo ahora que hace 20 años?

Con el cáncer de próstata se ha logrado convertirlo, en algunos casos, en una enfermedad crónica. Desgraciadamente aún se mueren hombres de esta patología, pero se ha conseguido reducir el número. Ha descendido mucho gracias al screening o cribado, concretamente el oportunista, que es no indiscriminado a toda la población, sino que se realiza en aquellos pacientes que acuden a la consulta. Esto tiene mucho debate, pero en el 2012, se hicieron dos trabajos paralelos uno en EEUU y otro en Europa. El primero concluyó que era innecesario hacer cribado, mientras que el europeo dijo que sí, pero a un grupo de enfermos muy concreto. Todo esto tiene muchas connotaciones, sobre todo económicas, porque en EEUU no existe sanidad gratuita y universal, y desde entonces se ha visto un repunte del cáncer de próstata, y ahora 6 años después, están echando marcha atrás.

Hablando del cribado, ¿los hombres suelen tener reparos en acudir a las revisiones?

Si, pero va cambiando. Por los testimonios que obtienes de gente cercana, sabemos que hay personas que hace 8 años que no acuden al urólogo y que creen que haciéndose análisis todos los años están vigilados. Pero no es así, es importante explorar la próstata. Con el tacto rectal podemos ver su consistencia y sus durezas. Hemos encontrado a pacientes con análisis normales, el PSA normal, y al tocarle les encuentras un nódulo, le haces una biopsia y sale un cáncer malísimo. Es un error basar el seguimiento en una analítica.

¿A qué edad es necesario que los hombres empiecen a acudir al urólogo?

La primera revisión hay que hacerla entre los 40 y los 50 años. Esa primera visita es la que determina cuándo va a ser la segunda, si todo sale perfecto, el paciente puede quedarse tranquilo los siguientes 5 u 8 años.

¿Cual es la patología urológica más frecuente aquí en Canarias?

Los más frecuentes son los problemas de próstata, especialmente las dificultades para orinar que están muy unidas a la edad. Cuánto mayor eres, más dificultades tienes para llevar a cabo una micción de calidad, es decir, que orines cuando tienes ganas y cuando lo hagas vacíes bien la vejiga y con un chorro adecuado. Esto ocurre por culpa del aumento de la próstata, un órgano hormonosensible, que, por tanto, tiene relación directa con la testosterona. Nuestra testosterona se mantiene en niveles muy estables durante toda su vida, lo que provoca que vaya creciendo en volumen hasta estrangular la uretra y le crea problemas para orinar.

¿Hacia dónde avanza la investigación en medicina?

El mundo avanza hacia el big data. Aquí este año tendremos la oportunidad de entrar en un proyecto de big data que va a ser una revolución. Se van a unir todos los conocimiento médicos al análisis de gran volumen de datos, lo que va a permitir saber a tiempo real cuál es el comportamiento de una enfermedad y qué tratamientos puedes aplicar a un determinado enfermo con una determinada edad y características, así como predecir qué le puede ocurrir. Si esto lo juntas a la genómica, el diagnóstico precoz y la cirugía de precisión y se alcanza la medicina personalizada que es hacia donde vamos hoy en día. Ahora mismo están apareciendo nuevos tratamientos para próstata, vejiga y riñón que no tienen nada que ver con la quimioterapia, sino con la inmunoterapia, y es una revolución que va hacer que los pacientes vivan más años y con mayor calidad de vida.

¿Cuándo cree que llegarán todos estos avances de los que hablamos?

Ya están aquí. Quizás a lo mejor no lleguen de inmediato, pero las publicaciones muestran que su llegada va a ser inminente. El problema son los costes, pero se debe recordar casos como el de la hepatitis C, que hace unos años significaba morir y, a pesar de que el tratamiento en un principio era carísimo, ahora vemos cómo todos los enfermos se han curado y es una patología que va a desaparecer. Otro ejemplo es el cáncer de próstata, que en los años 90 significaba un año de vida y ahora puede vivir hasta 60 meses de media.

¿En diez años podríamos hablar de la desaparición de la quimioterapia?

No, la quimioterapia sigue siendo una herramienta útil, porque es combinación de tratamientos, y por tanto, sigue teniendo su lugar y su espacio. La idea no es que la quimioterapia desaparezca, porque los tratamientos nuevos también tienen sus efectos secundarios.