Seis semanas después del lanzamiento del Coupé, el 911 Cabriolet reclama atención. El 911 descapotable continúa una larga tradición que ya se remonta a décadas, desde que Porsche desveló el prototipo del primer 911 Cabriolet en el Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort (IAA), en septiembre de 1981.

Tanto clientes como aficionados quedaron cautivados de inmediato. Aquella primera variante descapotable del 911 salió de la línea de producción en 1982 y, desde entonces, ha sido una constante en la gama. La versión abierta del icónico deportivo se lanzará en 2019 repleta de novedades. Además de todas las características innovadoras del Coupé, incorpora otros avances específicos para este Cabriolet, como nuevos elementos hidráulicos que hacen que la operación de apertura y cierre del techo se realice de forma más rápida.

El nuevo modelo sigue las modernas líneas del Coupé, que mantienen la inconfundible silueta del Porsche 911 en formato Cabriolet. La capota blanda, de accionamiento completamente automático, lleva la luneta trasera integrada y su estructura contiene elementos con superficie de magnesio que evitan que el techo se hinche como un globo a altas velocidades. La capota se puede abrir o cerrar en marcha hasta 50 km/h y los nuevos elementos hidráulicos del techo reducen el tiempo de apertura a 12 segundos. El deflector de viento extensible de forma eléctrica protege la nuca del impacto del aire.

El 911 Cabriolet estará inicialmente disponible como Carrera S con tracción trasera y como 4S con tracción integral. Ambos llevan un motor bóxer turbo de seis cilindros y 2.981 centímetros cúbicos, que ofrecen una potencia de 450 caballos (331 kW) a 6.500 rpm y un par de 530 Nm entre las 2.300 y las 5.000 revoluciones. Este propulsor ha incrementado la eficiencia y reducido las emisiones gracias a un proceso de inyección mejorado.

También se han optimizado apartados como el nuevo diseño de los turbocompresores y del sistema de refrigeración. La potencia se transmite a través de una caja de cambios de doble embrague y ocho marchas de nuevo desarrollo. El Carrera S acelera de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos (con paquete Sport Chrono opcional, 3,7 segundos) y alcanza una velocidad máxima de 306 km/h. Por su parte, el Carrera 4S llega a los 304 km/h y pasa de 0 a100 km/h en 3,8 segundos (con paquete Sport Chrono opcional, 3,6 segundos).

La posición del motor hace que el Cabriolet sea aún más rígido desde el punto de vista torsional que su antecesor. Por primera vez está disponible el chasis deportivo Porsche Active Suspension Management (PASM) para el 911 Cabriolet. Los muelles que se emplean son más cortos y duros, las barras estabilizadoras delantera y trasera más rígidas y, en conjunto, la altura del chasis respecto al suelo se reduce en 10 milímetros. Estos ajustes hacen que el 911 tenga un comportamiento más neutro en carretera y un mejor reparto de pesos.