"De ser una zona tranquila hemos pasado a estar con cadenas en las puertas y otras medidas de seguridad. Nos sentimos indefensos". Lo afirman vecinos de la calle La Puncha, en la zona de La Gallega, en el distrito Suroeste de la capital tinerfeña.

Según relatan, los problemas comenzaron hace unas semanas -finales de diciembre, tras la llegada de una familia que ocupó una vivienda vacía que había en esta vía, propiedad de una entidad financiera.

Aunque los primeros días de convivencia fueron "tranquilos", con el paso de las jornadas la situación se fue complicando, con la actitud "más que sospechosa" de los nuevos inquilinos.

Tanto es así que el pasado domingo los vecinos fueron avisados por miembros del Cuerpo Nacional de Policía de que tales personas podrían formar parte de una banda de delincuentes y les pidieron que extremaran las precauciones para evitar "sorpresas desagradables".

Es más, aseguran algunos de los afectados que hace pocos días los agentes intentaron, sin éxito, detener a uno de los miembros de esta supuesta banda. Y poco después, otro -o tal vez el mismo- fue sorprendido por una vecina cuando saltaba desde su patio a una vivienda contigua.

Los residentes reclaman más seguridad, pues, en algunos casos, se trata de personas mayores que están solas durante el día.