Para alguien que tiene problemas a la hora de mantener viva una simple flor de pascua en casa, la noticia de la "defunción" de la semilla de algodón que brotó hace unos días en la superficie de la luna no deja de ser un suceso que estaba cantado. Sobre todo, por los 170 grados bajo cero que se pueden alcanzar en una noche lunar (un espacio temporal equivalente a 14 días terrestres). Salvando las distancias, eso debe ser tan complicado como aspirar a que un pingüino viva cómodamente en La Tejita (Montaña Roja) o que un bilbi mayor, un marsupial originario del desierto australiano, se aclimate al viruje invernal lagunero.

Esperemos que el tiempo que se han dado CC y PSOE sea algo más amplio que las 212 horas que duró el algodón germinado en el único satélite natural de la Tierra; que la buena sintonía que el jueves pusieron de manifiesto Meritxel Batet, ministra de Política Territorial, y Fernando Clavijo tenga un recorrido mayor que ese efímero brote verde. Madrid y Canarias deben entenderse. No pueden alargar mucho más una relación de amor y odio que siempre acaba llevándose cosas por delante... Cuando no es la aplicación del 75% en los billetes de residencia, son las cuentas adicionales implícitas en el REF y Estatuto de Autonomía. ¿Será este un sábado de tregua -si la visita de Pedro Sánchez y sus socios catalanes a Las Palmas no lo interrumpe- o estamos ante la típica situación de calma que precede a otra tempestad?